Rousseff aboga sin éxito por la vida de brasileños condenados en Indonesia

  • La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llamó hoy por teléfono al primer ministro de Indonesia, Joko Widodo, para abogar por la vida de dos brasileños condenados a muerte en ese país, pero no tuvo éxito, según informó en una nota oficial.

Brasilia, 16 ene.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llamó hoy por teléfono al primer ministro de Indonesia, Joko Widodo, para abogar por la vida de dos brasileños condenados a muerte en ese país, pero no tuvo éxito, según informó en una nota oficial.

Rousseff "transmitió su apelo personal" al líder indonesio por la vida de Marco Archer Cardoso Moreira y Rodrigo Muxfeldt Gularte, condenados a muerte por narcotráfico, pero la respuesta de Widodo fue que "no podría conmutar la sentencia", pues se han cumplido todos los trámites legales, dice un comunicado de la Presidencia.

Archer, de 53 años, será llevado ante un pelotón de fusilamiento este fin de semana junto a otros cinco extranjeros (un holandés, dos nigerianos y un vietnamita), todos condenados por narcotráfico.

Muxfeldt Gularte, por su parte, continuará aguardando en el llamado "corredor de la muerte".

La nota dice que Rousseff dijo "tener conciencia de la gravedad de los crímenes cometidos por los brasileños" y aseguró su "respeto" por la "soberanía y el sistema judicial" de Indonesia.

No obstante, hizo ese llamado "como jefa de Estado y como madre" y por "razones eminentemente humanitarias".

El comunicado agrega que Rousseff le recordó a Widodo que la ley de Brasil no contempla la pena de muerte y le aseguró que "con su enfático apelo personal expresaba el sentimiento de toda la sociedad brasileña".

Ante la negativa de Widodo, Rousseff "reiteró que lamentaba profundamente la decisión de llevar adelante la ejecución del brasileño Marcos Archer, que va a generar conmoción en Brasil y tendrá una repercusión negativa en la relación bilateral", señala la nota.

El asesor de Rousseff para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, dijo a periodistas que, antes de esa llamada, el Gobierno brasileño había convocado dos veces al embajador de Indonesia en el país para intentar impedir la ejecución.

Sin embargo, sostuvo que "no hubo ninguna sensibilidad por parte del Gobierno indonesio" y admitió que sólo "un milagro" podrá evitar el fusilamiento de Archer, quien sería así el primer brasileño ejecutado.

Archer fue detenido en 2003 en el aeropuerto de Jakarta, cuando intentaba ingresar al país con 13,4 kilos de cocaína escondidos en los tubos de un ala delta.

Muxfeldt Gularte fue arrestado un año después, también en el aeropuerto, con seis kilos de cocaína escondidos dentro de una tabla de surf.

A los intentos por evitar la ejecución de Archer y de los otros cinco extranjeros, previstas para este fin de semana, se sumó hoy Amnistía Internacional, que a través de su director de Investigación para el Sudeste Asiático y el Pacífico, Rupert Abbott, instó al Gobierno indonesio a suspenderlas.

"Las ejecuciones deben ser paradas inmediatamente. La pena de muerte es una violación de los derechos humanos", señaló Abbott en un comunicado.

Sin embargo, esta misma semana, el fiscal general de Indonesia, HM Prasetyo, aseguró que "nada" podrá impedir que se cumplan las sentencias.

"Esto enviará un mensaje a los miembros de los sindicatos de drogas. No hay clemencia para los traficantes", dijo Prasetyo a medios de prensa indonesios.

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