París, 11 dic.- Los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y Francia, François Hollande, inauguran esta tarde en París un Foro del Progreso Social que debe servir para demostrar su capacidad para presentar una estrategia común alternativa a las políticas de ajustes dominantes en Europa.
Este foro, organizado por la Fundación Jean Jaurès -vinculada al Partido Socialista Francés- y el Instituto Lula del anterior jefe del Estado brasileño, será el primer encuentro de Hollande y Rousseff en sus dos días de visita oficial a Francia.
La conferencia, que contará con una veintena larga de personalidades internacionales, pretende -según los propios organizadores- "encontrar las condiciones de un crecimiento mundial armonioso y sostenible, recolocar en el centro de las políticas públicas y primar el bienestar de los ciudadanos sobre los resultados económicos".
En la práctica, Rousseff espera encontrar en Hollande un aliado a sus pronunciamientos contra la austeridad que domina en Europa, después de las esperanzas en ese sentido que generó la elección en mayo pasado del líder socialista francés, que precisamente había sustentado buena parte de su campaña en un cambio de políticas en el Viejo Continente para favorecer el crecimiento.
La estrategia económica del Gobierno brasileño de favorecer el mercado interior con la transferencia de fondos a grupos sociales desfavorecidos, a través de diferentes programas, ha sido objeto de críticas desde instancias liberales -el mejor ejemplo es la polémica generada por la revista "The Economist"-, que le acusan de haber provocado una ralentización.
Rousseff y Hollande se reunirán más tarde en el Palacio del Elíseo para abordar los principales temas de la agenda bilateral e internacional, al que seguirá una conferencia de prensa y una cena de gala.
Con seguridad será la ocasión para volver a tratar de la posible venta a Brasil de 36 aviones de combate franceses Rafale del fabricante Dassault Aviation, que compiten con los F-18 del estadounidense Boeing y con los Gripen del sueco Saab.
El Ejecutivo francés, tras varias decepciones sobre ese potencial contrato desde el fin de la presidencia de Inácio Lula da Silva, se ha mostrado últimamente muy discreto y, en vísperas de la llegada a Francia de Rousseff se limitó a poner el acento en la voluntad de transferir tecnología a Brasil si se materializa.
La cita en el Elíseo es el punto fuerte de la visita oficial de Rousseff, que se inicia esta mañana con una recepción solemne en los Inválidos de París y un desfile en un vehículo descubierto hasta la Asamblea Nacional, donde será recibida por su presidente, Claude Bartolone.
Otro de los momentos importantes del paso de la presidenta por París es el seminario de mañana sobre las relaciones franco-brasileñas en la sede del Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF), con presencia de ministros de ambos países.
El miércoles también se desplazará al Senado para reunirse con su presidente, el también socialista Jean-Pierre Bel, después de una ceremonia de bienvenida en el Ayuntamiento de París ofrecida por el alcalde, Bertrand Delanoe.
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