Rubalcaba, un veterano de la política al frente de los socialistas españoles

  • Alfredo Pérez Rubalcaba es desde hoy el nuevo líder de los socialistas españoles, que han dado un espaldarazo a un veterano político cuya carrera había quedado ensombrecida por la estrepitosa derrota de noviembre pasado, cuando competía por la Presidencia del Gobierno.

Madrid, 4 feb.- Alfredo Pérez Rubalcaba es desde hoy el nuevo líder de los socialistas españoles, que han dado un espaldarazo a un veterano político cuya carrera había quedado ensombrecida por la estrepitosa derrota de noviembre pasado, cuando competía por la Presidencia del Gobierno.

Si hace dos meses y medio encabezó una candidatura con la que los socialistas tocaron suelo electoral derrotados por el conservador Partido Popular (PP), hoy salió triunfante su apuesta de futuro pese a que la acusación principal de sus detractores y, sin embargo, compañeros de partido, era que representaba al pasado.

Pero hoy se impuso con 22 votos de diferencia a su única rival, Carme Chacón, que, con sus 41 años, pretendía encarnar un futuro joven que, finalmente, no convenció a algo más de la mitad del millar de delegados del 38 Congreso Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Rubalcaba, que fue ministro del Interior y vicepresidente del último gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, había aceptado ser candidato a jefe de Gobierno en las elecciones de noviembre, pese a que poco antes se había planteado la retirada de la política.

En realidad, tanto sus compañeros como sus contrincantes reconocen que Rubalcaba se sacrificó entonces por su partido aún sabiendo que la difícil situación económica española, con cifras tan dramáticas como los entonces casi cinco millones de desempleados, hacían muy difícil a los socialistas remontar los sondeos.

Este cántabro que va camino de los 61 años, velocista de éxito en su juventud, cuando estuvo a punto de romper el récord de los 100 metros lisos hasta que se lo impidió una lesión, ha dado sobradas muestras de supervivencia.

Rubalcaba está acostumbrado a no rendirse ante las dificultades y por eso aceptó el reto de luchar frente a los pronósticos que en los comicios de noviembre vaticinaban al PSOE unos resultados peores que los 125 escaños del candidato socialista Joaquín Almunia en el año 2000.

La realidad fue peor y el PSOE no obtuvo el 20-N ni siquiera los 118 escaños que logró Felipe González en 1977, en las primeras elecciones de la democracia.

Los suyos destacan la lealtad como uno de los rasgos del carácter de Rubalcaba, entre los que sitúan igualmente la tenacidad, la oratoria y la gran capacidad de negociación, que reconocen incluso sus adversarios.

En sus primeras palabras públicas tras su victoria hoy sobre la exministra de Defensa socialista, Rubalcaba se definió también como un trabajador "estajanovista" y llamó a los suyos "a trabajar, a trabajar y a trabajar".

Con 37 años de militancia en el PSOE, ocupó dos ministerios con Felipe González, fue el interlocutor socialista con el Gobierno del "popular" José María Aznar durante la tregua de ETA de 1998 y encabezó la delegación que firmó con el PP el Pacto Antiterrorista.

Con Rodríguez Zapatero en el poder ejerció de portavoz en el Congreso de los Diputados durante dos años y en 2006, en plena tregua de ETA, recaló en el Ministerio del Interior, una etapa de la que guarda algunos de los recuerdos más dolorosos de su carrera, pero también muchas satisfacciones, la principal el anuncio de la banda terrorista del cese definitivo de su actividad armada.

Durante su juventud, Rubalcaba coqueteó con el comunismo e incluso con el anarquismo, pero terminó afiliándose al PSOE en 1974, porque, tal y como argumentó, el "socialismo equivale a libertad".

Hijo de un piloto de Iberia, aunque paradójicamente tiene miedo a volar, se doctoró en Ciencias Químicas con premio extraordinario por la Universidad Complutense de Madrid, de la que es profesor titular; ha dado clases además en las universidades de Constanza (Alemania) y Montpellier (Francia).

Por eso, a diferencia de otros compañeros de profesión política, domina el inglés y el francés, y se maneja con soltura en alemán.

Se dice de él que es muy amigo de sus amigos, y de la muerte de uno de ellos (Enrique Ruano, fallecido tras ser detenido por la brigada político-social del régimen franquista) asegura que se disparó su inclinación por la política.

Buen negociador, será en breve cuando el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le recibirá y trascenderá si hay posibilidad de acuerdos entre dos dirigentes que, en polos políticos opuestos, comparten, además de barba, su gusto por los puros o su aversión al avión.

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