Sócrates en busca de apoyos para gobernar Portugal cuatro años más

  • Lisboa.- José Sócrates, en minoría parlamentaria pero reforzado por los resultados de las municipales de ayer, domingo, se ha lanzado a intentar seducir a una oposición en pie de guerra para gobernar Portugal sin sobresaltos otros cuatro años.

Medio centenar de Alcaldías cambian de signo tras las municipales lusas
Medio centenar de Alcaldías cambian de signo tras las municipales lusas

Lisboa.- José Sócrates, en minoría parlamentaria pero reforzado por los resultados de las municipales de ayer, domingo, se ha lanzado a intentar seducir a una oposición en pie de guerra para gobernar Portugal sin sobresaltos otros cuatro años.

Cuando aún no se había cerrado el escrutinio oficial de las elecciones locales, las terceras en cuatro meses que han llevado al país a las urnas, el primer ministro socialista en funciones recibió hoy del jefe de Estado, el conservador, Aníbal Cavaco Silva, el encargo de formar el próximo Gobierno portugués.

En las consultas previas con los partidos políticos celebradas la semana pasada por Cavaco, las cuatro formaciones de izquierda y derecha de la oposición mantuvieron su rechazo público a dar cualquier apoyo a Sócrates, que estará a merced de sus rivales para aprobar leyes y presupuestos o superar un voto de censura.

El primer ministro había reclamado su derecho a formar Gobierno la misma noche electoral del pasado 27 de septiembre, cuando ganó las legislativas con el 36,5 por ciento de los votos y 97 de los 230 diputados del Parlamento, pero perdió otros 24 y la mayoría absoluta que le dio cuatro años de tranquila hegemonía en la Cámara.

Sócrates aseguró hoy que va a dialogar sinceramente con los otros partidos para pulsar su "disponibilidad a contribuir a la gobernabilidad y la solución de los problemas del país" y formar un Ejecutivo estable y que dure toda la legislatura.

Pero el primer ministro tiene en frente a dos partidos conservadores, aliados en las municipales, que juntos suman 102 diputados -cinco más que los socialistas- y a dos marxistas, con 21 escaños en total, que le han declarado la guerra por sus políticas neoliberales y la "arrogancia" de su perdida mayoría absoluta.

Las negativas de las cuatro formaciones a dar apoyos siquiera puntuales a Sócrates llevaron a varios dirigentes socialistas a resignarse la semana pasada a gobernar en minoría y buscar respaldos puntuales, según convenga, en la derecha o la izquierda.

Pero el primer ministro dio hoy muestras de querer negociar un marco político estable, en el que quizá ofrezca Ministerios o alianzas permanentes a alguno de los tres partidos menores de la oposición, el democristiano CDS-PP (21 diputados), el marxista Bloque de Izquierda (16) o la coalición de comunistas y verdes (15).

El principal partido de la oposición, el Social Demócrata (PSD, centro-derecha) volvió a reiterar en las últimas horas que hará una oposición firme a los socialistas, tras ganar en los 308 municipios disputados el domingo.

Manuela Ferreira Leite, la líder del PSD del que también proviene Cavaco, es una enconada rival de Sócrates y protagonizó una áspera campaña electoral, pero está cuestionada en su propio partido tras perder las legislativas con el 29 por ciento de los votos, uno de los peores resultados de los socialdemócratas.

Ferreira Leite no estuvo a la altura de su victoria en las elecciones europeas de junio pasado y, en cambio, Sócrates consideró "muy bueno" el ascenso consecutivo en votos socialistas de cada una de las tres votaciones, pese al desgaste de cuatro años de Gobierno empeñados en sanear la Administración y las finanzas estatales.

Esas políticas le han granjeado al pragmático dirigente socialista de 52 años las antipatías de la izquierda marxista, que le llenó las calles de manifestantes varias veces en los últimos dos años y le exige un golpe de timón a favor de políticas más sociales y menos neoliberales ante la crisis económica.

Entre los sinsabores del próximo Gobierno socialista puede estar también una cohabitación institucional con el conservador Cavaco que ha pasado de estar considerada la más cómplice de la democracia portuguesa a una de las más crispadas.

Cavaco y los socialistas se lanzaron mutuas acusaciones de "manipulación electoral" el mes pasado, tras un desmentido caso de espionaje gubernamental al jefe de Estado, que pasa también por ser uno de los principales valedores de Ferreita Leite en el PSD.

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