Sócrates intenta cerrar la crisis con el jefe de Estado portugués

  • Lisboa.- Las acusaciones de manipulación electoral entre el presidente conservador, Anibal Cavaco Silva, y el Ejecutivo socialista, han abierto una crisis en Portugal que intentó cerrar hoy el primer ministro, José Sócrates.

Sócrates no quiere más polémica con el jefe del Estado
Sócrates no quiere más polémica con el jefe del Estado

Lisboa.- Las acusaciones de manipulación electoral entre el presidente conservador, Anibal Cavaco Silva, y el Ejecutivo socialista, han abierto una crisis en Portugal que intentó cerrar hoy el primer ministro, José Sócrates.

Mientras espera la llamada de Cavaco para discutir la formación de un Gobierno en minoría y cuando Portugal se ha lanzado de nuevo a la contienda electoral para los comicios municipales del próximo 11 de octubre, el líder socialista dijo hoy que no quiere "alimentar" ninguna polémica que "desgaste las instituciones".

Pero los dos centros principales de poder de la República lusa, la jefatura del Estado, en manos del conservador Cavaco, y el Gobierno, que desempeñan en funciones los socialistas, entraron anoche en un enfrentamiento sin precedentes en los últimos años a causa de un desmentido espionaje gubernamental al presidente.

Todos los medios lusos comentaron a lo largo del día, con contundentes titulares en los noticieros y portadas, la "crisis institucional" y las acusaciones que cruzaron Cavaco, en un mensaje televisado al país, y el ministro de la Presidencia del Gobierno, Pedro Silva Pereira, que le devolvió el guante dos horas después.

Figuras de los principales partidos reaccionaron también, unos a favor de Cavaco, desde la derecha, y otros, desde la izquierda, con criticas a su alocución de anoche, y el Partido Comunista consideró hoy que hay una "gran crispación y conflictividad institucional".

El jefe de Estado denunció que los socialistas intentaron manipularle en la campaña para las elecciones del pasado domingo con el asunto del espionaje.

Pero el ministro le recordó que el caso fue una grave acusación contra el Gobierno y fue divulgado por un periódico cuya fuente era un asesor presidencial destituido la semana pasada por Cavaco.

El jefe de Estado se quejó de las "presiones" y "mentiras" en torno al asunto, aunque no ratificó que se sintiera espiado y negó cualquier relación con las filtraciones a la prensa.

Las palabras de Cavaco fueron interpretadas por el ministro como una ratificación de la tesis socialista de que todo el asunto fue una "invención" para atacar al Gobierno.

Sócrates subrayó hoy su deseo de mantener una relación institucional "correcta y adecuada" con el presidente y "que no sea necesario volver al tema", que calificó de "lamentable", pero no dejó de avalar la respuesta de su ministro al presidente.

Además exhortó a concentrarse "en lo que es importante para el país", en alusión al próximo Gobierno y las elecciones municipales del día 11, que vuelven a enfrentar a los dos grandes partidos portugueses, el socialista (PS) y el Social Demócrata (PSD, centro-derecha), del que Cavaco es una de las principales figuras.

Ambas formaciones afrontan al mismo tiempo complejos retos por el resultado de las elecciones legislativas del domingo, ganadas por el PS con un 36,5 por ciento de votos que le hizo perder la mayoría absoluta y en las que el PSD obtuvo uno de sus peores resultados, el 29 por ciento, que ha puesto a su liderazgo en la picota.

Sócrates espera formar Gobierno, pero en las últimas horas los dos partidos de la izquierda marxista y de la derecha más conservadora que completan el arco parlamentario han reiterado su rechazo a entenderse con el primer ministro o apoyarle en decisiones imprescindibles, como los presupuestos del Estado.

Cavaco, enfadado como nunca con el partido gobernante, debe hacer las consultas para formar Gobierno "en función de los resultados electorales", según la Constitución, aunque la costumbre política establece que convoque primero al partido más votado.

Sócrates, que nada más confirmarse su triunfo electoral del domingo proclamó la voluntad de mantenerse en el Ejecutivo, tiene como primer problema la falta de respaldo de la izquierda.

Pero además, el PSD y el democristiano Partido Popular (CDS-PP), que concurren juntos en muchas circunscripciones electorales de los comicios municipales, suman en el escrutinio provisional 99 diputados frente a 96 del PS.

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