Pekín, 1 jun.- La televisión estatal de China emitió hoy una entrevista al miembro de una secta cristiana que presuntamente asesinó a una mujer en un restaurante del este del país, un caso que ha conmocionado a la sociedad china.
En las imágenes ofrecidas, Zhang Lidong, responde con aparente calma, al otro lado de unos barrotes, a las preguntas de un periodista del canal oficial CCTV, un día después de que se informara de su detención y la de otros cinco miembros de la secta "Dios Todopoderoso" por el presunto homicidio, cometido el 28 de mayo.
Zhang, que el día del suceso iba acompañado de tres de sus hijos (uno de ellos menor de edad) y dos mujeres, presuntamente agredió salvajemente con una barra metálica a la víctima en un restaurante de la cadena McDonalds en la ciudad de Zhaoyuan, en la provincia oriental de Shandong.
En la entrevista aseguró que decidió acabar con la vida de la mujer, de apellido Wu, cuando ésta, a la que calificó de "espíritu maligno", se negó a darles su número de teléfono.
"Mi hija dijo que no era una buena persona", señaló Zhang desde una celda, en una de las escasísimas ocasiones en las que un medio de comunicación chino entrevista a un detenido.
La publicación de imágenes muy gráficas y de un vídeo sobre la agresión ha desatado un amplio debate en China sobre la peligrosidad de algunos cultos religiosos, aunque también ha habido muchas voces que han lamentado que nadie en el restaurante de comida rápida, ni comensales ni encargados, ayudara a la víctima de la agresión.
Zhang aseguró a CCTV que tras el homicidio se siente "muy bien" y que no tiene miedo a las consecuencias de sus actos, ya que tiene "fe en Dios".
La secta "Dios Todopoderoso"(Quanneng Sheng Jiaohui), también conocida como "Rayo Oriental", se hizo famosa porque hace dos años miles de sus miembros fueron arrestados tras asegurar públicamente que el mundo se terminaría en diciembre de 2012, según creencias supuestamente basadas en el calendario maya.
La secta nació en China a finales de los 80 y principios de los 90 del pasado siglo, y sus seguidores, que según cifras no oficiales rondan el millón, creen que dios regresó a la Tierra en forma de una mujer desconocida nacida en el norte del país asiático "para salvar a la humanidad por tercera y última vez".
La relación del régimen comunista con todo tipo de religiones ha sido siempre muy complicada, y aunque ya no existe la persecución abierta que se dio en épocas como la Revolución Cultural, Pekín sigue intentando controlar al máximo la formación de sectas y credos.
Para ello, el Gobierno chino autoriza la existencia de organizaciones cristianas, musulmanas, budistas y de otras creencias siempre que sean oficiales (lo que implica que sus líderes son generalmente miembros del Partido Comunista) y persigue las que se forman de espaldas al régimen.
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