The Economist dedica obituario a Suárez, "hombre de la democracia española"

  • El semanario británico "The Economist" dedica un obituario al expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez (1976-81), titulado "el hombre de la democracia española", en el que destaca que su "instinto político sin parangón llevó la libertad y el pluralismo" a ese país.

Londres, 29 mar.- El semanario británico "The Economist" dedica un obituario al expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez (1976-81), titulado "el hombre de la democracia española", en el que destaca que su "instinto político sin parangón llevó la libertad y el pluralismo" a ese país.

La publicación económica repasa en su último número la trayectoria del considerado arquitecto de la transición española, que falleció el pasado 23 de marzo a los 81 años en Madrid tras agravarse la enfermedad neurológica que padecía desde hacía más de una década.

"El hecho de que España sea ahora una democracia pluralista, y no una dictadura, puede atribuirse a varios hombres", arranca el artículo, que cita a continuación al rey Juan Carlos y a los expresidentes Felipe González y Adolfo Suárez, "quien asumió la tarea de propulsar España a la democracia y lo hizo a una velocidad vertiginosa".

Entre los logros políticos de Suárez un año después de su nombramiento como presidente, incluye el sufragio universal, la legalización de los partidos de izquierda, incluido el comunista, la declaración de una amnistía para prisioneros políticos, la legalización de los sindicatos "y la desmantelación de la mayor parte de la maquinaria política de cuatro décadas de Franco".

"The Economist" nombra además la convocatoria a elecciones libres, la formación de UCD con la que Suárez ganó los comicios en su camino hacia una nueva constitución: "Solo tenía una agenda, la democracia", subraya el periódico.

Se destaca también que muy pocos pensaron que (Suárez) sería ideal para el trabajo cuando comenzó. Muchos no le valoraban en absoluto".

"Lo que las personas subestimaron fue su talento para la intriga política: para detectar las ambiciones y debilidades de colegas, para cerrar acuerdos, para ganarse aparentemente la confianza de la gente con su risa y una palmada en la espalda e incluso para hacer sentir a los enemigos -al camelarlos ofreciéndoles un cigarro- que eran íntimos y podrían hacer negocios con él", apunta.

El semanario añade de Suárez que "Siempre fue un lobo solitario más que un hombre de partido, y un mediador entre la izquierda y la derecha mas que ideólogo. Su instinto político sin parangón -dice el periódico- llevó la libertad y el pluralismo a España en un sorprendentemente corto espacio de tiempo, pero terminó enviando señales confusas en cuanto a de qué lado estaba".

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