Trump y Clinton en busca de victorias decisivas en el 'supermartes"

  • Electores estadounidenses en una docena de estados participan de una jornada fundamental de las primarias partidarias, el 'supermartes', en que el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton buscan victorias para avanzar hacia la confirmación de sus candidaturas.

El estado de Virginia dio la largada a una maratón electoral que solamente terminará en las primeras horas del miércoles, cuando cierre el último puesto de votación en Alaska.

Se trata de una jornada decisiva en la carrera por las nominaciones partidarias, por el enorme número de delegados a las convenciones que están en disputa en la docena de estados.

Entre los demócratas, serán atribuidos 19% de los delegados a la convención del partido, en el indirecto sistema electoral estadounidense, pero la apuesta es mayor para los republicanos que determinarán 24% de sus delegados, casi la mitad de los necesarios para ganar la disputa interna.

El polémico multimillonario Donald Trump espera confirmar en las urnas su avasalladora ventaja en los sondeos sobre sus adversarios dentro del Partido Republicano.

"Pienso que tendremos una imagen más clara pero no creo que vayamos a saberlo con seguridad. Todavía hay mucha incertidumbre y algunos estados deberán decidir después de hoy", señaló Stephanie, una votante republicana en Alexandria, Virginia.

En el campo demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton está en una cómoda posición frente al senador Bernie Sanders, especialmente en los estados sureños donde goza del apoyo de las minorías.

Trump recibió un apoyo de peso del exaspirante presidencial y gobernador de New Jersey, Chris Christie, pero algunos conservadores expresan públicamente que no votarán por el magnate si gana la nominación del partido, que vive una crisis de identidad sin precedentes.

Según un sondeo publicado este martes por CNN, los demócratas Clinton o Sanders ganarían un eventual duelo con Trump, con un margen ligeramente más cómodo para Sanders (55% contra 43%) que para Clinton (52% frente 44%).

"Esto es realmente un movimiento", dijo Trump el lunes en un mitin en Georgia (sur), al repetir su promesa de construir un muro en la frontera de Estados Unidos y México para frenar la inmigración clandestina.

"Mis seguidores no son gente enojada. Yo no soy una persona enojada, pero hay rabia en el partido" con el gobierno del presidente Barack Obama, dijo en una entrevista con Fox News este martes, repitiendo un tema de su campaña.

Sus dos principales rivales son los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, de estilos e ideologías opuestas, intentan desesperadamente unir al partido contra el hombre de negocios que consideran no ser suficientemente conservador.

Incapaces de achicar la distancia que los separan del multimillonario, Cruz y Rubio pasaron a usar las mismas armas de Trump, y la campaña se transformó en un festival bizarro de insultos, golpes bajos y discursos que incluyen menciones a calzoncillos sucios, a la transpiración y alusiones a la confiabilidad de hombres con manos pequeñas.

Trump respondió este martes acusando a Cruz de no "hacer nada" por su estado de Texas y a Rubio de hacer un "trabajo horrible" en Florida, su estado natal.

Uno de los más respetados dirigentes republicanos, el senador John McCain (que compitió con Obama en 2008), dijo este martes que era "perturbador" el nivel al que había caído la campaña de su partido.

McCain dijo esperar que "podamos tener una campaña presidencial que no se concentre en el tamaño de las orejas de un adversario o si transpira mucho".

Este martes, a la salida de un centro de votación, el microempresario Steve Slye dijo que había votado en la interna republicana por el gobernador de Ohio, John Kasich, porque "es el único adulto de ese grupo".

En Virginia, una mujer registrada entre los demócratas dijo a la AFP que estaba dispuesta a presentarse a votar contra Trump en la interna republicana. "Normalmente, voto con los demócratas, pero Trump me asusta. Aún no sé como votaré", dijo la electora, que prefirió no identificarse.

Hillary Clinton había iniciado la campaña como favorita absoluta, hasta que la "revolución política" de Sanders, el socialista democrático que arremete contra la banca y las grandes corporaciones, sedujeran a muchos votantes, especialmente jóvenes.

Pero una fuerte campaña de críticas a Sanders en las últimas dos semanas y la aplastante victoria de la exprimera dama en Carolina del Sur parecieron devolver a Clinton el liderazgo y la autoconfianza previo de una jornada fundamental como la del 'supermartes'.

En un acto público realizado el domingo, Clinton incluso pareció mirar hacia adelante y concentrarse en una eventual disputa electoral con Trump.

Este martes, en un rápido encuentro con periodistas, Clinton dijo que "quien quiera que sea nominado (entre los republicanos), estaré preparada para enfrentarlo, caso tenga la suerte de conseguir la nominación".

El sondeo de CNN/ORC halló que Clinton tiene a nivel nacional una ventaja de 55% a 38% sobre Sanders, aunque el promedio de todas las encuestas en esta coyuntura sugiere una ventaja de 47% a 42%, de acuerdo con el sitio web especializado RealPolitics.

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