Madrid, 24 jun.- El Tribunal Supremo verá el próximo miércoles el recurso del etarra Luis Enrique Garate Galarza contra la sentencia que le condenó por el secuestro del industrial Lucio Aguinagalde y la muerte en el tiroteo ocurrido durante su liberación del entonces jefe de la Ertzaintza, Genaro García de Andoain.
La Audiencia Nacional condenó por estos hechos a Garate Galarza -que durante el juicio celebrado en abril del año pasado admitió su intervención en el secuestro, pero negó haber participado en el tiroteo- a 76 años y 9 meses de prisión.
El secuestro de Aguinagalde tuvo lugar el 15 de octubre de 1986, cuando los miembros del "comando Araba" en el que estaba integrado Garate le capturaron a la salida del frontón de Mendizorroza de Vitoria y le llevaron hasta una cueva situada en el monte Eguzki-Ola, en la localidad vizcaína de Zeanuri, donde le mantuvieron retenido mientras negociaban el pago de un rescate.
El 1 de noviembre, un ertzaina que paseaba por la zona descubrió que una piedra tapaba la cueva, circunstancia que le extrañó, por lo que la puso en conocimiento de sus superiores y el entonces delegado general de la Policía Autónoma vasca, Genaro García Andoain, ordenó rastrear el paraje.
Sobre las 09.30 horas del día siguiente, una patrulla dirigida por éste se topó con uno de los miembros del comando -Francisco Antonio Cabello Pérez, "Patxi", ya condenado por estos hechos-, que fue detenido al no dar explicaciones convincentes sobre su presencia allí.
Los agentes, convencidos de que Aguinagalde se encontraba en la cueva, se dispusieron a entrar en la misma, pero los terroristas empezaron a disparar ráfagas de metralleta y se produjo un tiroteo en el que uno de los etarras -Juan María Gabirondo Agote, "Chispas"- resultó herido mientras que Garate Galarza se dio a la fuga.
Dos de los disparos efectuados por los miembros del comando alcanzaron a García Andoain y le produjeron la muerte casi instantánea.
Una vez liberado el industrial fueron descubiertos los zulos en los que el comando ocultaba armas, explosivos y diversa documentación, entre la que había informaciones sobre empresarios alaveses, militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad.
La Audiencia Nacional condenó a Garate -que tras su huida permaneció en libertad hasta 2004, cuando fue detenido en Francia- por los delitos de pertenencia a ETA, detención ilegal, depósito de armas, tenencia de explosivos, atentado con resultado de muerte, utilización ilegítima de vehículo de motor ajeno y falsificación documental.
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