El Tupolev 134 es un avión a evitar. No es una cuestión de preferencias o gustos, sino de estadísticas. Las cifras de siniestralidad confirman que la aeronave diseñada por el ingeniero aeronáutico soviético Andrei Tupolev en 1963 es una de las menos seguras de las que aún sobrevuelan los cielos internacionales.
En las últimas cuatro décadas, este modelo que realizó su primer vuelo comercial en 1967 con la compañía Aeroflot ha acumulado un total de 28 accidentes con víctimas mortales, según los datos recogidos por la web airdisaster.com.
El último siniestro de este aparentemente inestable modelo de avión, del que aún hay 277 unidades en activo, se ha cobrado la vida de 44 personas esta misma madrugada cerca del aeropuerto de Petrozavodsk, a unos 400 kilómetros al noreste de San Petersburgo.
El Tupolev 134 fue calificado en 2007 por el ministro ruso de Transporte, Igor Levitin, como un aparato "obsoleto". De hecho, Levitin solicitó a las compañías que lo mantenían en su flota que lo sustituyesen por los nuevos Sukhoi SuperJet.
La compañía Rusair no hizo caso a tiempo a las advertencias de Levitin y, con las víctimas mortales de anoche, el funesto recuento de víctimas de este modelo de avión alcanza ya 1631 fallecidos.
El Tupolev 134 es un avión de corto alcance equipado con dos motores instalados en la cola. Tiene una autonomía de vuelo de 2770 kilómetros y una velocidad de 850 kilómetros por hora. La variante estándar tiene una capacidad máxima para 76 pasajeros, aunque el modelo más grande de la gama es capaz de acomodar hasta 96 viajeros.
Desde hace aproximadamente una década, compañías aéreas comoRusairse han dedicado a comprar los modelos de Tupolev 134 procedentes del Ejército ruso para acondicionarlos como aviones para transporte de clientes de perfil alto.
El aumento del uso de esta aeronave para vuelos chárter ha ido acompañado de un notable incremento del número de accidentes e incidencias. En 2006 una aeronave de este modelo ejecutó un aterrizaje forzoso y se salió de los límites de la pista. El avión se incendió, pero gracias a la reacción de la tripulación el accidente se saldó sin víctimas mortales.
Otro incidente tuvo lugar en 2007 en el aeropuerto de la ciudad rusa de Samara. Entonces el avión realizó un aterrizaje de emergencia a unos 400 metros de la pista. La maniobra se realizó en condiciones de mala visibilidad y la investigación puso al descubierto una serie de errores cometidos por la tripulación. En aquel accidente fallecieron 6 personas y 27 resultaron heridas.
Dos años después, otro Tupolev 134 no pudo despegar debido a una tormenta de nieve. En aquel caso el incidente se saldó sin víctimas, una fortuna que no acompañó a los pasajeros del vuelo de Rusair anoche se estrelló en Petrozavodsk.
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