También murieron tres soldados el domingo en un atentado bomba del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la ciudad de Cizre, en la mayoría kurda del sudeste, dijo el ejército.
El bebé, llamado Miray, fue alcanzado en la cabeza cuando la casa de su familia en Cizre fue bombardeada el viernes por la noche, durante una intensificación de los enfrentamientos entre las fuerzas turcas y los rebeldes del PKK.
Su familia, viendo que aún respiraba, llamó a una ambulancia. Su abuelo de 73 años, Ramazan Ince recibió un disparo mientras llevaba a Miray hasta la ambulancia, informaron testigos a la AFP.
Ambos murieron en el hospital, informaron fuentes médicas.
La familia afirmó que el fuego provenía de la dirección del hospital estatal en Cizre, que está controlada por las fuerzas de seguridad turcas.
Una bomba colocada por "miembros de la organización terrorista separatista" explotó el domingo al paso de un vehículo blindado en Cizre, matando a tres soldados, dijo el ejército en un comunicado, refiriéndose al PKK.
Otro soldado y un oficial de policía resultaron heridos, pero sus vidas no corren peligro, añadió.
Después de más de dos años de alto el fuego, los mortíferos combates se reproducen desde el pasado verano entre Ankara y el PKK, haciendo saltar por los aires las negociaciones de paz comenzadas en 2012 para poner fin a un conflicto que ha causado ya más de 40.000 muertos desde 1984.
Las fuerzas de seguridad turcas lanzaron en diciembre una ofensiva de envergadura en varias ciudades de la conflictiva zona del sudeste, de mayoría kurda, especialmente en Cizre.
El ejército dijo el sábado que cerca de 200 militantes murieron en la última operación militar contra el PKK desde mediados de diciembre.
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