El Fondo de Becas Soledad Cazorla para ayudar a niños huérfanos por culpa de la violencia machista recibirá el próximo martes en el Parlamento Europeo el premio "Silver Rose: Juntos por una Europa Social" que otorga la red de organizaciones civiles europeas SOLIDAR, informó hoy el fondo.
Los responsables de la iniciativa consideraron en un comunicado que este galardón "es una buena oportunidad para atraer la atención y fomentar una mayor concienciación en el seno del Parlamento Europeo sobre las graves consecuencias y el obstáculo que enfrentan los niños y niñas, víctimas directas también de la violencia de género".
Asimismo, señalan que el premio contribuirá a establecer contactos para extender la iniciativa a otros países de la Unión Europea que también sufren esta violencia. El Fondo de Becas fue puesto en marcha en 2016 por la familia de Soledad Cazorla, ya fallecida, y cuenta con el apoyo de la Fundación Mujeres para otorgar ayudas a niños que han perdido a su madre como consecuencia de esta lacra de modo que contribuyan a su desarrollo personal y educativo, así como a la reparación del daño causado.
La organización SOLIDAR, que agrupa a 60 organizaciones civiles de 27 países de toda Europa, otorga cada año los premios "Silver Europe" en varias categorías para reconocer a aquellas iniciativas que promueven con éxito la justicia social, entre ellos el que ha recaído en el proyecto español. El premio será recogido en una ceremonia en la sede de la Eurocámara en Bruselas el próximo martes por una delegación encabezada por el presidente del Fondo, Joaquín Tagar, beneficiarios del mismo y víctimas de la violencia.
¿Quién fue Soledad Cazorla?
Soledad Cazorla Prieto, fue la primera mujer Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer, creada a través de la Ley Orgánica 1/2004 de medidas integrales contra la violencia de género. Desempeñó este cargo desde el año 2005 hasta su muerte en mayo de 2015, siendo responsable de constituir y dirigir la red de fiscales especialistas en violencia contra la mujer.
Defensora de la igualdad, y con un alto compromiso personal y profesional en la lucha contra la violencia de género, su carrera profesional estuvo estrechamente vinculada al desarrollo de esta ley en España, destacando su implicación en la necesidad de que el papel de la fiscalía contribuyera a un adecuado tratamiento de las mujeres víctimas en el proceso judicial y, en especial, en la necesidad de proteger a los niños y las niñas que tenían que convivir con la dura realidad de la violencia contra sus madres.
A lo largo de su carrera recibió diversos reconocimientos por su labor y su temprano fallecimiento, en la plenitud de su carrera profesional, también dio lugar a homenajes y reconocimientos póstumos a su trayectoria y el fundamental papel que jugó en la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres.
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