Un joven paquistaní pide asilo religioso en Valencia y ayuda para su hermana

  • Un joven católico pakistaní ha pedido asilo por motivos religiosos en Valencia tras abandonar de forma clandestina su país por amenazas, donde su hermana y el marido de ésta permanecen en prisión acusados de blasfemia.

Valencia, 28 ene.- Un joven católico pakistaní ha pedido asilo por motivos religiosos en Valencia tras abandonar de forma clandestina su país por amenazas, donde su hermana y el marido de ésta permanecen en prisión acusados de blasfemia.

El joven, Joseph Anwar, de 27 años, está alojado de manera provisional en el Centro de Acogida de Refugiados de Valencia, según han informado fuentes del Arzobispado de Valencia.

Anwar ha pedido ayuda para su hermana, Shagufta Kausar, y el marido de ésta, Emmanuel Shafaqat, que fueron arrestados y "acusados falsamente de enviar mensajes de texto blasfemos desde su móvil a altas autoridades del Estado", según su relato.

El matrimonio negó los cargos y en su defensa demostraron que "hacía un mes que habían perdido el teléfono móvil y que, incluso, habían pedido en la tienda bloquear su tarjeta SIM", según el relato del joven pakistaní.

Sin embargo, el marido, que es parapléjico, "fue obligado a confesar falsamente bajo torturas los cargos para evitar que torturaran también a su mujer".

Tras la detención de su hermana, Joseph Anwar recibió la llamada de la Policía advirtiéndole de que sería detenido dos horas después. Inmediatamente apagó el teléfono y pidió ayuda a un amigo sacerdote para escapar clandestinamente del país.

Joseph Anwar, que contó su testimonio en la misa por la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado que se celebró en Valencia el pasado 19 de enero, asegura que en Pakistán cada vez más cristianos sufren persecuciones y falsas acusaciones de blasfemia.

"Con la ley de 1986 nos enfrentamos a juicios rápidos, sin garantías judiciales, y con sentencias tan duras como la muerte o la cárcel", señala.

Asegura que, según las leyes musulmanas de Pakistán, "los cristianos somos considerados impuros, creen que si se dan la mano con nosotros se ensucian, y nos acusan de blasfemia porque decimos que Jesús es el hijo de Dios".

Según Anwar, "las falsas acusaciones contra los cristianos y el martirio en Pakistán son ya muy frecuentes".

Ha destacado la situación de los más de 5.000 cristianos perseguidos en Pakistán y ha asegurado que se enfrentan a muchas dificultades como la falta de derechos humanos, la ausencia de educación o la imposibilidad de promoción en cualquier campo de trabajo.

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