Una diplomática conservadora aspira a ser la primera presidenta de Croacia

  • La exministra de Exteriores conservadora Kolinda Grabar-Kitarovic espera convertirse el próximo domingo en la primera mujer en llegar a la Presidencia de Croacia, con el objetivo de impulsar la salida del país de la crisis económica y defender los valores tradicionales.

Zagreb, 26 dic.- La exministra de Exteriores conservadora Kolinda Grabar-Kitarovic espera convertirse el próximo domingo en la primera mujer en llegar a la Presidencia de Croacia, con el objetivo de impulsar la salida del país de la crisis económica y defender los valores tradicionales.

El centroderecha croata espera que, por primera vez desde la muerte del presidente nacionalista Franjo Tudjman en 1999, en las próximas elecciones gane su candidato.

La diplomática, de 46 años y alta funcionaria de la OTAN, es la candidata de consenso del principal partido de la oposición, la Unión Democrática Croata (HDZ), y otros siete partidos conservadores y de derechas.

Desde 2011 hasta ahora, Grabar-Kitarovic ha sido la secretaria general adjunta de la OTAN para asuntos de Diplomacia Pública, la primera mujer en ocupar el puesto.

Con ese cargo está relacionado su mayor tropiezo en esta campaña, en la que se descubrió que Grabar-Kitarovic no había dicho la verdad al asegurar que, llevada por motivos patrióticos, abandonó la OTAN para ser presidenta de Croacia.

Al llamar a la sede de la OTAN en Bruselas, los periodistas supieron que la diplomática croata sigue en nómina de la alianza. Grabar-Kitarovic admitió el error, pero sus críticos lo consideran una "mentira", y ella lo achaca a una "mala comunicación".

Su campaña ha estado sustentada en la critica al presidente Ivo Josipovic por no haber obligado al gobierno socialdemócrata a actuar de forma más eficaz contra la crisis económica.

"Croacia se encuentra en una profunda crisis económica y social. Sé, puedo y quiero dirigir a Croacia hacia una vida mejor", repetía en la campaña, que sostuvo bajo el eslogan "Por una Croacia mejor".

Prometió forzar con su autoridad al gobierno socialdemócrata a dimitir en caso de no producir rápidos resultados económicos.

También ha acusado a Josipovic y al gobierno de una actitud demasiado conciliadora con Serbia y la minoría serbia de Croacia.

Apoyó así a los veteranos que protestan contra el gobierno "no patriótico" y se oponen al intento de introducir el cirílico serbio como segunda grafía oficial en la ciudad de Vukovar, donde vive una importante minoría serbia.

"Si alguien hubiera asesinado a mis hijos, no sé si habría logrado perdonarle", declaró en apoyo de los manifestantes que impiden la colocación de carteles bilingües en esa ciudad multiétnica que fue escenario de combates en 1991, durante la guerra que enfrentó a milicias croatas con el Ejército yugoslavo y paramilitares serbios.

Según dijo en la campaña, aboga por la castración química de pederastas, la introducción de una zona económica exclusiva en el mar Adriático y la rehabilitación de generales nacionalistas que, debido a sus actividades políticas, se les envió al retiro en 2000.

Sus partidarios destacan su fuerte voluntad, patriotismo y una carrera intachable, mientras que sus críticos la consideran una ambiciosa burócrata carente de ideas propias.

Nacida en 1968 en una aldea cerca de Rijeka, durante la campaña ha destacado que es "una mujer de pueblo" y una católica practicante.

En la Facultad de Filosofía y Letras siguió cursos de inglés y español, terminó estudios de posgraduado sobre Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de Zagreb y completó un curso de un año en la Academia Diplomática de Viena.

En 2003 fue nombrada ministra de Integraciones Europeas, entre 2005 y 2008 fue ministra de Exteriores, durante cuyo mandato Croacia inició las negociaciones de acceso en la UE (2005), y entre 2008 y 2011 fue embajadora de Croacia en Estados Unidos.

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