Una nueva tempestad política se cierne sobre Tailandia

  • Una nueva tempestad política se cierne sobre Tailandia con la pretensión de la primera ministra electa, Yingluck Shinawatra, de abrir, con su futuro gobierno de coalición, la vía para el explosivo regreso de su hermano Thaksin, el jefe de Gobierno depuesto por un golpe de Estado militar hace cinco años.

Miguel F. Rovira

Bangkok, 6 jul.- Una nueva tempestad política se cierne sobre Tailandia con la pretensión de la primera ministra electa, Yingluck Shinawatra, de abrir, con su futuro gobierno de coalición, la vía para el explosivo regreso de su hermano Thaksin, el jefe de Gobierno depuesto por un golpe de Estado militar hace cinco años.

Yingluck, líder del partido Puea Thai (de los Tailandeses), que ha conseguido la mayoría absoluta en las elecciones legislativas del pasado domingo, ha señalado a la prensa que el caso Thaksin será revisado como parte de un proceso de "reconciliación".

Aunque refugiado en Dubai, Thaksin sigue siendo el principal político del partido que, en coalición con otras cuatro formaciones, propondrá al Parlamento el nombramiento de Yingluck como jefa del Gobierno, con lo que se convertirá en la primera mujer que asume el poder Ejecutivo en Tailandia.

El proceso para el regreso del ex primer ministro consiste en examinar la condena de dos años de cárcel que le impusieron por corrupción y la acusación formal de "terrorismo" que pesa sobre él por ser considerado por el Gobierno saliente el "instigador" de las protestas llevadas a cabo por los llamados camisas rojas el pasado año en Bangkok.

Encima de la mesa de la comisión especial que revisará el caso, estarán también los de todos aquellos dirigentes y partidarios del frente de los llamados "camisas rojas" encarcelados desde que el Ejército aplastó a tiros las protestas tras dos meses de esporádicos brotes de violencia que causaron 92 muertos y más de 1.800 heridos.

Los comicios han dado paso a una nueva fase de la profunda crisis política que atraviesa Tailandia, dividida entre los tailandeses que consideran a Thaksin el paladín de la lucha contra la injusticia social y aquellos otros de los estratos dirigente, urbano y militar que le ven como un corrupto y un hábil manipulador de masas.

"La agresividad y la velocidad que se percibe en el partido de Yingluck sólo varios días después de las elecciones es un mal presagio", dice Pasuk Pongpaichit, analista y autora de varios libros sobre la política tailandesa.

Un día después de las elecciones, Yingluck anunció la formación de una coalición que controlará 299 escaños del total de 500 que componen el Parlamento, por lo que la aprobación parlamentaria de cualquier decreto será un simple trámite.

Por otra parte, la renuncia del primer ministro en funciones, Abhisit Vejjajiva, a la jefatura del Partido Demócrata en respuesta al revés electoral y el anuncio de la Comisión Electoral de que investiga por supuesto fraude electoral a candidatos electos de la formación Bun Jan Thai (del Orgullo Tailandés), debilitará el rol de la oposición en el Legislativo.

Los movimientos de la primera ministra electa a favor de Thaksin, a quien muchos analistas declararon políticamente muerto cuando hace tres años se convirtió en un fugitivo, no han tardado en producirse.

La coalición gubernamental, enfrascada ahora en el reparto de las carteras ministeriales tras sus promesas electorales de gastar miles de millones en programas sociales y proyectos de infraestructura, ha acordado nombrar Thaksin representante especial para el comercio.

Este nombramiento, según informó la prensa local citando fuentes del partido Puea Thai, será efectivo una vez que la coalición elija a los ministros del Ejecutivo.

Thaksin, desalojado del poder en el golpe de estado perpetrado por los militares hace cinco años, carece de pasaporte tailandés válido desde que las autoridades se lo anularon para facilitar su captura, pero emplea otros dos, uno adquirido en Montenegro y otro en Nicaragua, según dice el Ministerio tailandés de Asuntos Exteriores.

La respuesta de los grupos contrarios a Thaksin no se ha hecho esperar en forma de campaña destinada a conseguir que la primera ministra electa sea acusada formalmente de ocultar acciones bursátiles de su hermano, un delito por el que si es declarada culpable supondrá su inhabilitación.

Un grupo de detractores, liderado por un profesor universitario, alega que Yingluck cometió perjurio cuando el pasado año testificó ante el Tribunal Supremo que había adquirido mucho antes acciones por valor de 20 millones de baht (unos 660.00 dólares) de la compañía de telecomunicaciones Shin Corporation, fundada por su hermano.

El Tribunal Supremo falló después que Thaksin intentó esconder sus acciones alegando que las repartió entre sus familiares antes de vender la citada empresa a la compañía estatal de Singapur, en una operación declarada libre de impuestos.

Tras dictar sentencia de culpabilidad, el Supremo ordenó confiscar al ex primer ministro 1.460 millones de dólares (1.012 millones de euros) que tenía depositados en varias cuentas abiertas en bancos de Tailandia.

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