Una red de pakistaníes atribuía delitos a quienes no cedían a su chantaje


La Guardia Civil ha desmantelado en Almería una red de pakistaníes que extorsionaba y amenazaba a compatriotas.
Según informó el Instituto Armado, se ha detenido a cinco ciudadanos de este país asiático, que exigían a sus víctimas el pago de hasta 10.000 euros según la actividad que desarrollaban y su potencial económico.
En el caso de que las víctimas se negaran a realizar los pagos, los miembros de la red llegaban incluso a autolesionarse y presentar denuncias falsas contra sus víctimas. Uno de los denunciados llegó incluso a cumplir pena de cárcel tras ser denunciado por sus compatriotas por la comisión de un atraco que en realidad no había cometido.
En el marco de esta operación se han practicado cinco registros en los domicilios de los detenidos situados en Almería capital y en El Ejido, donde han intervenido abundante documentación que están analizando los investigadores.
La Guardia Civil inició la investigación el pasado mes de septiembre, al detectar las actividades de un grupo, compuesto por ciudadanos de origen pakistaní y residentes en Almería, que podrían estar extorsionando a compatriotas suyos, de forma sistemática y organizada.
GRUPOS DE VÍCTIMAS
La organización había establecido perfiles, según el tipo de víctimas, a las que aplicaban baremos diferenciados para el pago de las cuotas o pagos únicos. Los arrestados habían creado tres grupos claramente diferenciados para ejercer su actividad delictiva.
Así, amenazaban en primer lugar a personas con negocios de restauración y buen poder adquisitivo. Les exigían cantidades que oscilaban entre los 3.000 y 10.000 euros, que tenían que realizar en un único pago.
El segundo grupo afectado eran ciudadanos pakistaníes dedicados a la venta ambulante. En su mayoría se trataba de vendedores de flores o dedicados a la venta ambulante en ferias. Les requerían el pago de 30 euros semanales en ferias pequeñas y hasta 60 euros a la semana en ferias de mayor entidad. La organización llevaba un estricto control de esta actividad en toda la provincia. Los vendedores desarrollaran su labor por los días exactos que les habían pagado.
Por último, un tercer grupo de víctimas eran pakistaníes con situación administrativa irregular en España. Conocedores de su situación, los arrestados exigían a estas personas el pago mensual de hasta el 40 por ciento de sus salarios.
SIMULAR DELITOS
La red, una vez que había catalogado a sus víctimas, les transmitía sus intenciones y les planteaban las posibles consecuencias de no ceder al chantaje. De esta forma, les advertían que de no pagar informaría a las autoridades de su situación irregular o simularían delitos de malos tratos, atracos y lesiones de gravedad, con la intención de presentar denuncias falsas contra ellos.
En los casos en que las víctimas se negaban a realizar los pagos, presentaban denuncias falsas por la comisión de robos con violencia e intimidación en la puerta de sucursales bancarias, en las que aportaron testigos e incluso llegaron a autolesionarse, llegando alguna de sus víctimas a cumplir pena de cuatro años de prisión.
También se han dado situaciones en que las víctimas denunciaban los hechos padecidos, pero las retiraban posteriormente tras recibir amenazas de muerte de sus familiares en Pakistán por parte de los componentes de la organización.
La red desarticulada contaba con una estructura sólida en Almería, cuyos miembros cumplían unas funciones claramente diferenciadas. Unos se dedicaban de controlar y seleccionar a las víctimas. Un segundo grupo contactaba con ellas y les daba a conocer sus exigencias. Por otro lado, otros componentes del grupo controlaban a los vendedores ambulantes, así como a los que actuaban como falsas víctimas o falsos testigos en las denuncias que interponían.

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