Una universidad para los mejores y sin enchufes: eso reclaman los estudiantes en Nigeria

  • Los estudiantes nigerianos piden que sean los méritos los que decidan su entrada en la universidad. Ahora, aquellos que no son ricos o conocen a alguien influyente se convierten en desempleados que acaban en la calle e incluso pueden caer en las redes de grupos extremistas como Boko Haram.

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Heather Murdock, Abuya (Nigeria) | GlobalPost

Cada año, en torno a un millón de estudiantes nigerianos pasa las pruebas de acceso a la universidad. Pero las universidades del país sólo tienen plazas para admitir a 300.000.

La falta de plazas deja a muchos de los mejores estudiantes de Nigeria frustrados y faltos de educación, según Kabir Mato, director del Instituto de Estudios Anti Corrupción de la Universidad de Abuja. "Hay una enorme crisis nacional. Al final del día, la mayor parte de los chicos y chicas que han logrado buenas notas no podrán lograr plaza, y crecerán sin esperanzas", afirma.

Mato asegura que la incapacidad de las 122 universidades de Nigeria para absorber a la mayoría de los candidatos cualificados a acceder es un problema de seguridad nacional, ya que hace que muchos jóvenes acaben desempleados en la calle y posiblemente caigan en grupos extremistas como Boko Haram, que ha causado la muerte de 450 personas en lo que va de año.

Muchos estudiantes, sin embargo, dicen que no están interesados en sumarse a ninguna milicia, sino que simplemente quieren conseguir un buen trabajo. Mato dice que puesto que muchos jóvenes nigerianos no pueden ir a la universidad, la economía sufre de una falta de innovación y de empleados locales con buena formación.

Los potenciales estudiantes universitarios aseguran que el hecho de que no haya suficientes plazas universitarias no es ni mucho menos tan frustrante como la corrupción y el nepotismo que hay en todo el proceso de solicitud de acceso.

Ismaila Babatunde terminó sus estudios de enseñanza secundaria en 2005. Ese mismo año aprobó las pruebas de acceso a la universidad, pero no logró plaza en un centro público. Las universidades privadas cuestan más de 3.000 dólares al año, así que ni siquiera se molestó en pedir plaza.

Babatunde volvió a presentarse a las pruebas, y a aprobarlas, en 2007 y 2012. Todas las veces estudió para ello durante meses a tiempo completo.

Al igual que otros muchos aspirantes a entrar en la universidad, Babatunde dice que sus esfuerzos para acceder se han visto mermados por el hecho de no tener buenas conexiones ni suficiente dinero.

Denuncia que los funcionarios encargados de las admisiones trabajan con agentes que exigen dinero a cambio de lograr una plaza. Las autoridades universitarias tienen además muy en cuenta las cartas de recomendación de ministros y otras altas autoridades ministeriales.

"Sólo muy de vez en cuando hay alguna admisión exclusivamente por méritos", se lamenta. "Algunas veces ves cómo alguien que ni siquiera solicitó el acceso consigue plaza".

Transparencia Internacional sitúa a Nigeria en el puesto número 40 de los países más corruptos del mundo, entre un total de 183. La organización asegura que el sistema educativo nigeriano es percibido como uno de los sectores más corruptos del sector público, después de la policía, los partidos políticos y el parlamento.

Los estudiantes dicen que les puede costar casi 1.000 dólares sobornar a la persona adecuada para lograr una plaza universitaria.

La persona que recibe ese dinero, sin embargo, no se sabe quien es. El dinero lo cobran otros estudiantes que merodean por las oficinas de admisión, explicando a los aspirantes que por determinado precio les pueden garantizar una plaza.

Hamzat Lawal, un estudiante de Cuencas Políticas de la Universidad de Abuja, explica que le costó cuatro años acceder a la universidad, pese al hecho de que había aprobado el examen de ingreso con buenas notas en cuatro ocasiones distintas. Asegura que como no podía permitirse pagar a un agente, acabó haciendo pequeños sobornos a algunos conocidos que maniobraron entre bambalinas para que le admitiesen.

"Cuando entras en una oficina de admisión te dicen 'Vete y consigue una recomendación de un senador; vete y consigue una carta de un ministro o de algún director, o trae 150.000 nairas'", explica Lawal. "Un pobre como yo ¿qué puede hacer? Yo no conozco a nadie. No tengo dinero".

Nigeria es cada vez más pobre, y algunos analistas dicen que la falta de plazas universitarias (o admisiones basadas en méritos) está aumentando la brecha entre ricos y pobres, incrementando los problemas de seguridad que amenazan con desestabilizar el país y África occidental.

Kunle Amuwo, analista del International Crisis Group, asegura que la pobreza puede que no sea el motivo de las crisis de seguridad en Nigeria, como los ataques de Boko Haram y los enfrentamientos étnicos.

Sin embargo, dice, las tensiones entre los muy ricos y la mayoría de los nigerianos, que carecen de elementos básicos como comida, sanidad y alojamiento adecuado, sí se encuentran en el núcleo de la mayor parte de los problemas del país.

"La pobreza puede predisponer a algunos de ellos a sumarse a las milicias", dice. "Pero no explica por qué hacen lo que hacen para conseguir lo que quieren. Si no, la mayoría de los nigerianos lo hubiesen hecho".

Siete años después de terminar la escuela secundaria, Ismaila Babatunde dice que en torno al 10 por ciento de sus antiguos compañeros han terminado sus estudios universitarios. Otros, admite, parece que han optado por la delincuencia, y dos compañeros han muerto en enfrentamientos con la Policía.

Pero muchos otros, como él, o bien se han puesto a trabajar en lugares que no exigen un título universitario, han optado por la formación profesional o todavía estudian para pasar las pruebas de acceso y lograr una plaza.Cuando se le pregunta si piensa presentarse a los exámenes de 2013, Babatunde agita la cabeza: "Quizás, o quizás no".

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