Víctima de violación pide investigar la desaparición de indígenas en Canadá

  • Una joven indígena de Canadá que sufrió una brutal agresión sexual en noviembre y a quien sus atacantes dieron por muerta tras arrojarla a una río, pidió hoy al primer ministro del país, Stephen Harper, que investigue la elevada tasa de asesinato y desaparición de mujeres indígenas.

Toronto (Canadá), 9 dic.- Una joven indígena de Canadá que sufrió una brutal agresión sexual en noviembre y a quien sus atacantes dieron por muerta tras arrojarla a una río, pidió hoy al primer ministro del país, Stephen Harper, que investigue la elevada tasa de asesinato y desaparición de mujeres indígenas.

Rinelle Harper, de 16 años de edad, fue asaltada sexualmente en noviembre pasado en la ciudad de Winnipeg por dos individuos de 20 y 17 años de edad, quienes, tras violarla, la golpearon y arrojaron a las heladas aguas del río Assiniboine.

A pesar de sus heridas, Harper fue capaz de alcanzar la orilla del río donde fue descubierta horas después, medio muerta, por un transeúnte.

El caso de Harper se convirtió en símbolo de los frecuentes ataques que sufren mujeres y niñas indígenas en Canadá y se produjo poco meses después de que otra adolescente indígena, Tina Fontaine, de 15 años, fuera violada, asesinada y arrojada a otro río de Winnipeg.

Hoy, con una voz débil y frente a centenares de jefes indígenas que asisten a la reunión de la Asamblea de Primeras Naciones, la organización que agrupa las naciones indígenas de Canadá, Harper pidió al Gobierno canadiense una comisión investigadora.

"Buenos días jefes, delegados, damas y caballeros. Mi nombre es Rinelle Harper. Son una estudiante de secundaria. Estoy aquí para hablar sobre el fin de la violencia contra jóvenes mujeres", dijo Harper.

"Como superviviente, de forma respetuosa los desafío a que soliciten una comisión investigadora nacional sobre las mujeres y niñas indígenas asesinadas y desaparecidas", continuó la chica.

El Gobierno canadiense se ha negado en numerosas ocasiones a formar una comisión para que investigue las razones del elevado número de víctimas indígenas en un país con una de las tasas de criminalidad más bajas del mundo, y poner remedio a lo que muchos consideran una "epidemia nacional".

Tanto el primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, como el resto de su Gabinete ignoraron hoy en el Parlamento durante la ronda diaria de preguntas y respuestas al Gobierno canadiense la petición de Rinelle Harper.

En mayo, tras años de peticiones de organizaciones indígenas y grupos de defensores de los derechos humanos, la Policía Montada de Canadá reveló por primera vez las cifras oficiales de mujeres y niñas indígenas asesinadas y desaparecidas en los últimos años.

Según los datos de la Policía Montada, casi 1.200 mujeres y niñas indígenas que han desaparecido o han sido asesinadas en Canadá durante los últimos 30 años, una cifra muy superior al de otros grupos de mujeres en el país.

Según esas estadísticas, aunque las mujeres indígenas sólo representan un 4 % de la población femenina de Canadá, constituyen el 16 % de las asesinadas y el 12 % de las desaparecidas.

Tras la publicación de las estadísticas que confirmaron la magnitud del problema, el primer ministro calificó los resultados como "un crimen y no un fenómeno sociológico", palabras que fueron consideradas "crueles" por los líderes de la oposición y numerosos políticos canadienses.

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