Violación de un haitiano aviva el rechazo de sectores políticos a la Minustah

  • La presunta violación de un joven haitiano por "cascos azules" uruguayos ha reavivado las críticas de sectores políticos de Haití contra la misión de la ONU, en momentos en que algunos de los países latinoamericanos contribuyentes se plantean revisar su participación.

Gotson Pierre

Puerto Príncipe, 7 sep.- La presunta violación de un joven haitiano por "cascos azules" uruguayos ha reavivado las críticas de sectores políticos de Haití contra la misión de la ONU, en momentos en que algunos de los países latinoamericanos contribuyentes se plantean revisar su participación.

Precisamente la capital de Uruguay será escenario mañana, jueves, de una reunión de países latinoamericanos con participación en la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) para debatir cuestiones como una redefinición de sus objetivos o una reducción del número de efectivos.

El escándalo en el que están involucrados cinco marinos uruguayos destinados en Port Salut (sur de Haití) planea sobre esa reunión y ha abonado en Haití las quejas por la presencia de la Minustah, cuyo mandato actual expira el 15 de octubre.

Un portavoz de la misión confirmó hoy a Efe que la delegación permanente de Uruguay ante Naciones Unidas informó a la Minustah de la llegada de "una importante delegación" del país sudamericano para trabajar en las investigaciones sobre el caso.

"Las Naciones Unidas deben ser conscientes de que la Minustah hizo más mal que bien al país", dijo este martes a la prensa el vicepresidente del Senado haitiano, Jean Hector Anacacis.

En su opinión, se han sucedido los "escándalos con la Minustah", como los que tienen que ver "con abusos sexuales o con la epidemia de cólera en Haití", enfermedad que desde octubre ha causado la muerte de cerca de 6.000 haitianos y que informes técnicos atribuyen al vertido de aguas fecales del contingente nepalí a un río.

El legislador considera que los haitianos son también responsables de esta situación. "Fue a causa de nuestros desórdenes por lo que pedimos a los extranjeros que vinieran", dijo.

Añadió que "la Minustah no responde a las necesidades del pueblo haitiano", por lo que "las Naciones Unidas deben entender que no es posible que se quede en Haití. Debemos buscar otra forma de cooperación", dijo.

La misión llegó a Haití en 2004, en medio de las revueltas que culminaron con la marcha del presidente Jean Bertrand Aristide, pero su presencia nunca ha sido del agrado de amplios sectores políticos, que han reclamado insistentemente la retirada de los cerca de 12.300 agentes que la integran, de ellos 7.803 militares (de 19 nacionalidades) y 2.136 policías (de 41 nacionalidades).

El caso de Port Salut, que ha llegado a internet con imágenes grabadas con su teléfono por uno de los cascos azules implicados, es el último eslabón de una cadena de escándalos que incluye violaciones, agresiones físicas, muertes, robos y detenciones irregulares, según organismos de derechos humanos.

Otro de los críticos con la misión es el diputado Jean Tolbert Alexis, quien considera que después de la violación y la epidemia de cólera conviene que los legisladores acudan a la ONU para hacer un llamamiento de cara a la reorientación del mandato de la Minustah.

Para él "ha cambiado el contexto que llevó a la fuerza de la ONU al país". Por eso, "los temas deben ser revisados en el marco de la renovación del mandato de la Minustah el 15 de octubre".

La retirada gradual de las tropas es también un compromiso del actual presidente Michel Martelly.

Martelly defiende crear una fuerza propia, cuya naturaleza y características están por definir, que permita sustituir a la Minustah una vez que los integrantes del nuevo contingente estén en condiciones de asumir sus competencias.

Brasil, país que tiene el mando militar de la Minustah, considera en la actualidad la posibilidad de una reducción de sus tropas.

Su ministro de Defensa, Celso Amorim, ya lo planteó en agosto y esta semana precisó que debe hacerse en forma "ordenada" y "coordinada" con otros países que integran la misión y con Naciones Unidas.

El presidente uruguayo, José Mujica, señaló hoy en Montevideo que los países contribuyentes de la Minustah deben trabajar para retirarse del país, si bien es una decisión que hay que considerar "desde el punto de vista de los más débiles".

"El compromiso (de la Minustah) era formar una fuerza dentro de Haití, de haitianos, que se hicieran cargo de la situación (...) creo que ese objetivo hay que cumplirlo, no estamos allá para jubilarnos, estamos para dar una mano para que se pueda constituir un cuerpo que se haga cargo de la seguridad interna, con todos los problemas que eso tiene", dijo el mandatario.

Mujica ha pedido disculpas públicamente al gobierno y el pueblo haitianos por el "daño irreparable" causado por los marinos uruguayos a los que se acusa de violación y ha prometido castigarlos con todo el rigor de la ley.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, agradeció hoy la respuesta "positiva y responsable" de Uruguay ante el supuesto caso de violación de un joven haitiano por parte de integrantes de la Minustah, que está dirigida por el chileno Mariano Fernández.

Brasil, con 1.280 soldados, y Uruguay, con 1.136, son los países con mayor participación en el contingente militar, que está comandado por el general de división brasileño Luiz Eduardo Ramos Pereira.

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