Xavi Lozano observa la realidad en clave musical a través de sus cotidiáfonos

  • Rebeca Palacios.

Rebeca Palacios.

Logroño, 19 nov.- El músico catalán Xavi Lozano observa su realidad en clave musical a través de sus "cotidiáfonos", objetos de su vida diaria convertidos en instrumentos de viento.

Así, elementos tan comunes como un ladrillo travesero, una muleta, una escoba de mango extensible, una silla, un macarrón o el capuchón de un inhalador le sirven para componer el contenido de un recital.

Este catalán ofrece mañana un concierto con bajo y batería en la sala Gonzalo de Berceo de Logroño, tras participar en "Inaudito", el ciclo de músicas y sonidos infrecuentes organizado en el Cubo del Revellín, una sala situada bajo la antigua muralla defensiva de la ciudad.

En declaraciones a los periodistas, ha explicado que el nombre de "cotidiáfonos" se lo pusieron en Argentina, "donde tienen nombre para todo".

En su furgoneta, que parece el camarote de los hermanos Marx, se amontonan más instrumentos: una valla amarilla, un perchero, un sillón tapizado, la barra de un futbolín con jugadores azulgranas y el manillar de una bicicleta, complementado con claxon, timbre y bocina.

Lozano, que ya ni recuerda cuando comenzó su obsesión por "sacar sonido de los objetos", cree que lo más sencillo de tocar es una aceituna rellena, simplemente "se le aspira el contenido y se convierte en una especie de ocarina de dos notas, con una aceituna gorda ya consigues cuatro o cinco notas".

Sin embargo, reconoce, hay elementos imposibles de soplar, como por ejemplo, un pimiento, a pesar de que un agujero podría convertir esta hortaliza en una ocarina vegetal.

Estudioso de las flautas del mundo, sobre todo las de bambú, un día mientras estudiaba flauta árabe observó en su casa la muleta de su abuelo y se dio cuenta de que se podría extraer música de las partes que la forman.

Lo que empezó como algo "curioso", recuerda, ha logrado "gran aceptación", y además de ofrecer conciertos y audiciones en colegios y conservatorios, su afición le ha llevado a participar en programas de televisión como "El hormiguero" y "Buenafuente".

Sin embargo, Lozano no quiere que su trabajo se quede solo en "algo gracioso", ya que tiene "fundamento", y así lo demuestra cuando interpreta con solemnidad el "Himno a la alegría" con el palo de una escoba o "A mi manera" de Sinatra con un capuchón de un inhalador.

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