Zapatero no se pronuncia sobre la polémica por su viaje a Cuba

    • El expresidente elude responder a las críticas y afirma que informará a su regreso a España.
    • Su encuentro con el presidente cubano, Raúl Castro, fue calificado por el Gobierno como "desleal". Le acompaña el exministro Moratinos.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido que con su visita a Cuba, donde se ha entrevistado con el mandatario cubano, Raúl Castro, tan sólo pretende "sumar". Así, ha evitado responder a las críticas que el ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha hecho en relación con este viaje, que considera "desleal" e "inoportuno" pues nadie le llamó para intentar coordinar la visita con el Gobierno. Siempre ha intentado trabajar por el interés de España ha dicho Zapatero.

No obstante, Zapatero se ha puesto a disposición del Gobierno para informarle de los resultados del viaje a Cuba, que proseguirá con otra escala en Bolivia.

En una rueda de prensa en La Habana, el expresidente ha explicado que su visita a la isla se enmarca en la iniciativa internacional que busca la abolición de la pena de la muerte en el mundo y que el exjefe del Ejecutivo promovió durante su mandato.Cuba mantiene en su legislación la pena capital, aunque no está practicando ejecuciones.

En este encuentro también se habló largo y tendido del proceso de negociaciones abierto entre Cuba y EEUU para normalizar sus relaciones y que Zapatero ha calificado de hecho"positivo" y "esperanzador".

En este sentido, el exjefe del Ejecutivo ha defendido la exclusión de Cuba de la lista norteamericana de países que patrocinan el terrorismo. "Creo que es conveniente y razonable que Cuba salga de esa lista", ha dicho. Zapatero ha recordado que Cuba fue uno de los países a los que España recurrió para pedirles colaboración en el proceso que emprendió su Gobierno en busca del fin de la violencia de ETA y ha puesto en valor que La Habana apoyó a España en esa lucha.

Según trascendió tras declaraciones del mandatario cubano al diario estatal "Gramma", en el encuentro, calificado por el Ejecutivo de Castro de "cordial", se abordaron"temas de mutuo interés de la agenda regional e internacional" y se habló de "las relaciones históricas que unen a ambas naciones". Zapatero estuvo acompañado por el exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, artífice, en 2010, del proceso de diálogo con el Gobierno cubano que permitió la liberación de más de medio centenar de presos políticos en la Isla.Polémica con el Gobierno

La visita ha provocado, en cambio, una agria polémica entre el Gobierno y los socialistas. El Ejecutivo ha respondido en palabras del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien ha considerado la visita como "inoportuna", llegando a calificarla de "acto de deslealtad".

Según Margallo, Zapatero y Moratinos no informaron previamente al Ejecutivo de su intención de viajar a la isla, por lo que el Gobierno se enteró cuando la Embajada en La Habana tuvo conocimiento de su desplazamiento. Es decir, cuando se solicitó a la misión diplomática el correspondiente permiso de armas para sus escoltas.

Según fuentes próximas al expresidente, Rodríguez Zapatero emprendió su viaje a Cuba y a Bolivia sin tener cerrados los encuentros con los presidentes de ambos países, aunque sí se informó al Gobierno, en concreto a través de varios correos electrónicos remitidos directamente desde la oficina del expresidente a la directora adjunta del gabinete del ministro de Exteriores y Cooperación.

Según estas mismas fuentes, incluso Moratinos habló directamente con el propio secretario general de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Gonzalo Robles, ya que el viaje tiene mucha vertiente de cooperación, sobretodo en Bolivia, donde incluso prevén conceder algún reconocimiento a Zapatero.

Del viaje se tuvo conocimiento público después de que un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba informara de la reunión de Castro. También según fuentes socialistas, el expresidente informó al actual secretario general, Pedro Sánchez, de este viaje y de sus intenciones de reunirse con Castro.

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