El consumo y la falta de suministros impiden que el PIB crezca como el empleo

Los últimos datos de paro y afiliación, correspondientes al mes de diciembre, confirmaron una recuperación del empleo intensa e impulsada por distintos sectores. La cifra de cotizantes superó los niveles previos a la crisis y el número de parados fue el más bajo en un mes de diciembre desde 2007. Sin embargo, el crecimiento de la ocupación no se corresponde con la evolución del Producto Interior Bruto (PIB), que crece a menor ritmo. El empleo se ha convertido en el motor de la economía, mientras que la productividad o el consumo siguen sin despegar, lastrando el crecimiento económico. El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que el PIB creció un 2,6% en tasa intertrimestral entre junio y septiembre de 2021. En tasa interanual, creció un 3,4%. Esto es casi tres puntos menos de lo que lo hizo el empleo (6,2%) equivalente a tiempo completo, según Estadística.

Desde mayo de 2021, la Seguridad Social no ha dejado de ganar ocupados: 822.802, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Sin embargo, la economía no creció al ritmo previsto en 2021. En los datos ya definitivos se pueden observar diferencias entre la evolución del PIB y la creación de puestos de trabajo. Los motivos para que se produzca este fenómeno "anómalo" son varios. La economista sénior de Funcas, Mª Jesús Fernández, señala que "puede haber una combinación de factores". Entre ellos, la bajada de la productividad en algunos sectores o un PIB "infraestimado". Si se observan los últimos datos medidos en productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se observa un descenso del 2,6%. Fernández pone la lupa sobre el sector de la Construcción y apunta que "aunque el empleo supera con creces los niveles previos a la pandemia, no se ha recuperado la productividad".

En esta línea, el economista jefe para España en BBVA Research, Miguel Cardoso, apunta que la caída de la productividad a nivel general también se explica porque "sectores donde la productividad es baja (construcción) hayan ganado peso sobre otros con mayor valor añadido por unidad de trabajo (servicios, industria)". Mª Jesús Fernández añade que en algunos casos, se ha recuperado el empleo y sin embargo, la demanda sigue estando por debajo de los niveles anteriores a la crisis. Los datos de consumo de los hogares demuestran que en el tercer trimestre de 2021 seguía por debajo de la cifra del mismo periodo en 2019. "Las empresas han reincorporado a sus trabajadores dada la reducción de los incentivos en la utilización de los ERTE o las restricciones al despido. Sin embargo, no son capaces de producir lo mismo que en el pasado porque la demanda no se recupera. Un ejemplo es el sector turístico, donde sobre todo el extranjero no ha vuelto a los niveles de 2019", destaca Cardoso.

A su vez, hay algunos factores que explican por qué no se ha recuperado la demanda y uno de ellos es la crisis de suministros que ha obligado a parar la producción en algunos sectores, como por ejemplo, el automovilístico. Como explica el economista jefe para España de BBVA Research, "con la recuperación ha habido un incremento en la demanda por ciertos bienes, pero la falta de insumos ha impedido que las empresas puedan producir. Esto ha sido particularmente importante en el sector automotriz". Por otra parte, la crisis energética también ha frenado a la industria española, donde algunas fábricas han decidido parar ante el incremento de los precios energéticos. En el caso de los hogares, la inflación comienza a lastrar el consumo porque la subida de precios empieza a trasladarse a sectores como la alimentación.

Prudencia en los datos

Volviendo a que los datos del PIB de 2021 estuvieran siendo infraestimados, la diferencia entre el crecimiento del empleo y de la economía podría ser menor. En la última actualización de coyuntura económica publicada por el Ministerio de Asuntos Económicos, el cálculo del crecimiento es del 4,9%, teniendo en cuenta los tres primeros trimestres del año. El cuadro macroeconómico del Gobierno calculaba que sería del 6,5% -un incremento similar al del empleo en el tercer trimestre en tasa interanual-, no obstante, la mayoría de instituciones presentó una estimación inferior, de alrededor del 5% para la economía española en 2021. Siguiendo sobre esta base, el director de Adecco Group, Javier Blasco, apunta que gran parte del crecimiento del empleo se debe al incremento de empleados públicos "y esto es un problema", añade.

Blasco defiende que el aumento de la afiliación en el sector público está muy por encima de la evolución a nivel general. Según los datos del Ministerio de Seguridad Social, en la administración estatal, el número de afiliados creció un 5,39% en diciembre con respecto a 2020. Si se observa la cifra de cotizantes a nivel general, el incremento es del 4,08%. Teniendo en cuenta estas cifras, el director de Adecco cree que “las cifras no son tan bonitas” y no hay tanta distancia entre el empleo y la evolución del PIB. Reconoce, sin embargo, que “hay un problema de productividad” y añade que en los últimos días de diciembre se destruyó empleo. En concreto, en diez días, la Seguridad Social perdió casi 173.000 puestos de trabajo, tal como publicó este periódico.

De cara a este año, la economista sénior de Funcas prevé que "si hay una medición del PIB que no se está infravalorando, veremos justo lo contrario: un mejor comportamiento de la economía que del empleo". "Si ahora las empresas están produciendo menos, eso significa que cuando vuelva la producción no van a contratar más porque ya lo han hecho", añade. El director de Adecco Group, Javier Blasco, pide "prudencia" pero cree que en 2022 "podremos coger el pulso de la recuperación económica". El 28 de enero, el INE publicará un avance en el que dará un dato provisional de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 2021, un periodo -con el impulso del consumo navideño y la llegada del primer tramo de los fondos europeos- en el que la economía puso muchas expectativas.