La médica que decidió cambiar el mundo desde una tabaquera

Andrea Costantini, doctora con 20 años de experiencia a sus espaldas, trabajó en la industria farmacéutica hasta que Philip Morris International le ofreció un espacio desde el que puede colaborar para, según explica, “generar un cambio histórico en la salud pública”. Hoy lidera el segmento de Relaciones Médicas de la compañía en Latinoamérica y Canadá convencida de que un futuro sin humo es posible. Esta es su historia.

En la industria tabaquera, el cambio hacia un futuro sin combustión ni humo está hoy más cerca que nunca. Los responsables de ello son miles de perfiles que, desde múltiples ámbitos, trabajan para desarrollar productos que, avalados por la ciencia, reduzcan el riesgo asociado al hábito de fumar.

En Philip Morris International (PMI), ese talento científico se concentra en sus dos centros de investigación: uno en Singapur y otro en Neuchâtel, Suiza, llamado El Cubo, que es el principal centro de I+D de la compañía. Aquí es donde cientos de expertos, científicos, ingenieros y médicos, entre otros muchos perfiles, trabajan en la concepción de distintos productos libres de humo.

Es en El Cubo donde conocemos a Andrea Costantini, que encabeza el área de Relaciones Médicas de la compañía en Latinoamérica y Canadá. Médica y especialista en farmacología clínica, trabajó durante más de 15 años en la industria farmacéutica en vertientes como farmacovigilancia, investigación clínica, asuntos médicos e información científica, especializándose en trabajos en área de vías respiratorias y enfermedades como asma y EPOC.

Un día, llegó una propuesta a su bandeja de entrada. Un headhunter buscaba un perfil como el suyo, con formación médica, para trabajar en un proyecto de reducción de daño del tabaquismo y desarrollar productos alternativos para fumadores adultos que, de otra forma, continuarían fumando y poder reducir, de esa forma, el riesgo que el cigarrillo representa para la salud.

“Me pareció un proyecto fantástico, súper interesante. Me mandaron información y, cuando ya estaba prácticamente convencida, me dijeron que la posición era para trabajar en Philip Morris”, recuerda. Este hecho le hizo dudar: “me dije: ‘soy médica, ¿cómo voy a trabajar en una tabaquera?”, recuerda. 

Andrea Costantini encabeza el área de Relaciones Médicas de la compañía en Latinoamérica y Canadá.
Andrea Costantini encabeza el área de Relaciones Médicas de la compañía en Latinoamérica y Canadá.
PMI

Desmontar los prejuicios

Fue en ese momento cuando Costantini decidió escuchar, analizar y basarse en la evidencia científica. “Fue así como empecé a conocer más acerca de la ciencia, del proyecto, de cómo estaba estructurado el programa de evaluación científica y de cuál era el objetivo de todo esto”, explica.

Ella, como muchos otros médicos, era escéptica. “Yo no había visto ni leído nada, pero hacía recomendaciones terapéuticas basadas en prejuicios y preconceptos de que la industria tabaquera es necesariamente mala”, cuenta. “Es importante que los médicos aprendamos a juzgar la ciencia en sí misma, por su metodología”. 

Hubo un punto decisivo que hizo que, finalmente, aceptase el proyecto: la opinión de su madre, enferma de EPOC y exfumadora. “Aunque somos adultos, la palabra de los padres es la que más pesa”, sonríe. “Y mi madre me dijo que, de haber existido productos así cuando era joven, quizá hoy no estaría enferma”, cuenta.

Desde entonces, Andrea ha trabajado con un objetivo claro: evitar que la gente enferme: “yo no quiero trabajar para que las personas que ya tienen enfermedades crónicas vivan mejor, sino para que el cigarrillo deje de ser una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial”, asegura. Por ello desde la compañía son claros: la mejor decisión que cualquier fumador pueda tomar es dejar por completo el tabaco y la nicotina. 

Objetivo: eliminar el humo

En su trabajo, Costantini se centra en conseguir que exista evidencia científica que avale el uso de los productos sin combustión. “Ya está demostrado por la ciencia que, al contrario de lo que la gente suele pensar, la nicotina no es la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar, pero es la causa de la adicción”, apunta. “Lo que buscan las estrategias de reducción de daño es que, cuando no se puede eliminar la conducta nociva, se minimicen las consecuencias negativas de esta conducta”.

En el caso del consumo de tabaco por combustión, se ha demostrado que el elevado nivel de sustancias químicas que se generan al encender el cigarrillo son las responsables principales de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar. “Si no podemos evitar que los cigarrillos desaparezcan de la faz de la tierra, hay que buscar disminuir las consecuencias negativas, es decir, hay que eliminar la combustión”.

“Si no podemos evitar que los cigarrillos desaparezcan de la faz de la tierra, hay que buscar disminuir las consecuencias negativas, es decir, hay que eliminar la combustión”

Es hacia ese punto donde está orientado el futuro de PMI: un mundo en el que ya no se consuman cigarrillos, un futuro sin humo. “En este punto entran en juego las alternativas libres de humo, con estándares de calidad y evidencia científica avalada”. 

El objetivo de Costantini es evitar que la gente enferme
El objetivo de Costantini es evitar que la gente enferme
PMI

En busca de la evidencia

Tal y como explica esta experta, el objetivo de PMI se divide en dos vertientes. La primera de ellas es obtener la evidencia científica. “Ya existen estudios de la ausencia de combustión, de la composición química de los aerosoles comparada con la del humo del cigarrillo”, argumenta. “De momento, se observa una disminución significativa de los niveles de sustancias químicas nocivas de ese aerosol respecto al humo del cigarrillo”.

El siguiente paso llevará tiempo: observar la evidencia epidemiológica del largo plazo, algo que hoy no es posible, ya que estas alternativas libres llevan poco tiempo en el mercado, aunque Constantini asegura: “Sí tenemos evidencia de que, muy probablemente, de aquí a un futuro los estudios y los datos epidemiológicos nos mostrarán una menor tasa de enfermedades y mortalidad entre quienes cambien por completo; es una conclusión a la que ya ha llegado la FDA, con estudios que incluyen valores como indicadores de riesgo clínico”.

En definitiva, se trata de disminuir de manera significativa la carga que los cigarrillos representan para la salud pública, ámbito con el que Costantini está implicada de forma directa. “Estoy convencida de este hecho, y esa es la razón por la que estoy trabajando en Philip Morris y me uní a este proyecto”, señala, “porque realmente creo que tenemos la oportunidad de generar un cambio histórico en la salud pública y las enfermedades relacionadas con el tabaquismo”.

La investigación científica será la gran aliada para el futuro de la industria tabaquera.
La investigación científica será la gran aliada para el futuro de la industria tabaquera.
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