OFRECIDO POR IBERDROLA
La descarbonización del transporte y de la industria es una de las claves para conseguir cumplir con los objetivos climáticos establecidos tanto en ámbito el europeo como en el mundial. Y si bien es cierto que la electrificación de estos sectores es una de las soluciones más generalizadas, sobre todo en términos de movilidad, existe otra vía con la que completar esta transformación sostenible: la producción de hidrógeno verde.
Iberdrola estrena su primera factoría de producción de hidrógeno verde de uso industrial en Europa. Esta planta es la mayor del continente por tamaño y generará este combustible de manera 100% ecológica y renovable, situando a España en la vanguardia de la producción y uso de este tipo de fuente de energía limpia. En la inauguración, estuvieron presentes Su Majestad el Rey Felipe VI, el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán.
Esta planta de hidrógeno verde se sitúa en Puertollano (Ciudad Real) y es la primera fase de un plan elaborado por esta empresa energética en colaboración con Fertiberia, que dispone de una fábrica de amoníaco que se nutrirá de este combustible para reducir hasta en un 10% sus necesidades de gas natural. Fertiberia se convierte así en la primera compañía europea de su sector que desarrolla una experiencia a gran escala de generación de amoniaco verde. El plan de ambas compañías es que Iberdrola genere unas 40.000 toneladas de hidrógeno verde por año de aquí hasta el 2027, lo que supondrá el 20% del objetivo nacional en términos de producción de hidrógeno.
Por el momento, la inversión para poner en marcha esta fábrica, que será uno de los ejes más potentes para empujar el camino hacia la descarbonización, ha sido de 150 millones de euros con los que se podrán ahorrar hasta 48.000 toneladas de CO2 por año. No solo por la reducción de emisiones inherente al uso del hidrógeno verde en industrias así como en transporte pesado, sino porque la producción de hidrógeno en la planta se consigue gracias al uso de energías renovables, como es la fotovoltaica.
Hidrógeno verdaderamente limpio y sostenible
Solo se puede hablar de hidrógeno verde cuando la electricidad necesaria durante este proceso proviene de fuentes renovables, como es el caso del producido en la fábrica de Iberdrola. En esta planta está integrada una estación solar fotovoltaica de 100 MW, de modo que la obtención del hidrógeno verde se producirá mediante electrólisis, es decir, separando el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua mediante energía eléctrica.
Este método no es de los más utilizados para conseguir producir este gas (por ejemplo, el 99% del hidrógeno se denomina gris porque se consigue a base de gas natural o combustibles fósiles, lo que emite una gran cantidad de CO2), pero sí el más limpio. Según la Agencia Internacional de la Energía, mediante la electrólisis se ahorrarían los 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando se produce hidrógeno gris.
La de Puertollano es la primera instalación de la compañía en nuestro país que cuenta con paneles bifaciales y un sistema de almacenamiento por baterías de ion-litio con una capacidad de 20 MWh. La planta solar tendrá una producción anual de unos 156.000 MWh, evitando así la emisión de más de 30.000 toneladas de CO2 al año. Gracias a estas instalaciones, España podrá disfrutar de uno de los mayores sistemas de producción de hidrógeno mediante electrólisis del mundo a partir de fuentes de energía 100% renovables.
El combustible del futuro
Aunque a día de hoy parezca que las aplicaciones del hidrógeno no forman parte del presente, este combustible sostenible y limpio sí representa el futuro tanto de la industria como del transporte, sea pesado o particular. Los datos muestran que, efectivamente, a largo plazo el hidrógeno verde será una opción de producción mucho más limpia y barata que otros combustibles. Según la Energy Transitions Commission, su coste podría bajar a menos de dos dólares por kilo en esta década y quedarse por debajo del dólar en 2050.
En este escenario futuro influyen el aumento de la escala de producción, sobre todo de la mano de factorías como la recién estrenada por Iberdrola; la bajada del coste de los electrolizadores y el de la electricidad renovable. En definitiva, hacia el final de la década el hidrógeno verde será el más competitivo de los tres tipos de gas en producción (verde, azul y gris, el más contaminante), e incluso que otros combustibles, y tendrá un potencial de reducción de costes mucho mayor que el hidrógeno azul, por ejemplo.
Pero más allá de los términos económicos, el hidrógeno verde cuenta con tres ventajas de las que podrá beneficiarse toda la sociedad. La primera es que es 100% sostenible, ya que no emite gases contaminantes ni durante la combustión ni durante el proceso de producción. Además, es almacenable, lo que le permite ser utilizado después de su producción, y transportable, ya que puede mezclarse con el gas natural hasta en un 20% y viajar por los mismos canales e infraestructuras del gas. Como tercera y última ventaja, el hidrógeno verde es versátil y puede transformarse en electricidad o combustibles sintéticos con infinidad de usos: domésticos, comerciales, industriales o de movilidad. Así, todos ganamos.
