Catástrofe aérea asesta otro duro golpe a la economía egipcia

El tercer drama aéreo en Egipto en siete meses asesta un golpe letal al turismo, un sector esencial para una economía siniestrada por los atentados yihadistas y las tensiones políticas.

El ministro de Aviación Civil, casi toda la prensa y los expertos se inclinan por la hipótesis del atentado para explicar la desaparición repentina de los radares de un Airbus A320 de EgyptAir procedente de París, poco antes de aterrizar en El Cairo la madrugada del jueves.

Una explicación que tendría un precedente cercano: el 31 de octubre de 2015, un atentado con bomba reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) desintegró sobre el desierto del Sinaí egipcio un chárter turístico ruso con 224 personas a bordo.

El drama del jueves, incluso si se debiera a una falla técnica, podría acarrear consecuencias desastrosas para Egipto, que busca atraer turistas e inversores extranjeros que desertaron el país después del levantamiento popular de la Primavera Árabe de 2011.

Un objetivo que no parece mucho más cercano bajo el régimen represivo del mariscal Abdel Fatah al Sisi que bajo el de su predecesor islamista democráticamente electo Mohamed Morsi, derrocado en julio de 2013 por el ejército.

La represión es precisamente la justificación enarbolada por el EI y otros grupos yihadistas para la ola de atentados que lanzaron en 2013, principalmente contra las fuerzas de seguridad.

"El retorno de Egipto a los titulares de la prensa internacional con una tragedia de su compañía aérea es algo sumamente perjudicial", que "prolongará las dificultades de su sector turístico", escribió Amr Adly, economista del centro Carnegie para Medio Oriente, en El Cairo.

En marzo, un avión de EgyptAir fue desviado a Chipre por un individuo "psicológicamente inestable", que se entregó y liberó a los 55 pasajeros.

Los operativos de las fuerzas de seguridad también pueden espantar visitantes: en septiembre de 2015, el ejército mató por error a ocho turistas mexicanos en un bombardeo aéreo, durante una persecución de comandos yihadistas en el desierto occidental.

"Todo esto acentúa la percepción negativa sobre el sector del turismo. Y por supuesto, aplaza cualquier posibilidad de recuperación en 2016, al menos en lo que a ingresos turísticos se refiere", dijo Hany Farahat, economista del banco de inversiones egipcio CI Capital.

En 2015, la industria turística facturó 6.100 millones de dólares, un 15% menos que en 2014, según datos oficiales. Una caída que aumenta la presión sobre las reservas de divisas del banco central, que pasaron de 36.000 millones de dólares a fines de 2010 a 17.000 millones en abril.

"La llegada (de turistas) desde los principales mercados se había derrumbado en 2011 pero se fue recuperando gradualmente hasta 2015, sin llegar nunca a su nivel anterior", comentó Kinda Chebib, analista del gabinete Euromonitor International.

La sucesión de dramas podría afectar la popularidad de Al Sisi, considerado durante mucho tiempo como un "salvador" del país pero que últimamente enfrenta un resurgir de las protestas, atizadas por las fuertes alzas de los precios de productos de primera necesidad y por la devaluación de la libra egipcia.

La tragedia del Airbus "podría contribuir a desacreditar la legitimidad del presidente Al Sisi, porque éste "había prometido combatir al terrorismo y restablecer la seguridad, pero el terrorismo sigue dañando a la economía egipcia y amenazando los ingresos de la población", dijo Mustafá Kamel, profesor de ciencias políticas de la Universidad de El Cairo.

mma/tgg/gir/cmk/js/jz

Mostrar comentarios