Así se llama a la buena suerte para que te toque la lotería de Navidad

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Que a alguien le toque o no la lotería de Navidad es cuestión de suerte, no hay duda. Por estadística, todos los números tienen la misma posibilidad de salir del bombo. Da igual si son una fecha señalada, si el año pasado el Gordo acabó en 5, 7 u 8 o si se frotó el décimo por la barriga de una embarazada. Al final, todo se reduce a una cuestión de probabilidad. Aún así, existe una retahíla de supersticiones y ritos que muchos llevan a cabo para convocar a la diosa Fortuna. Por si acaso.

En la web de Loterías y apuestas del Estado se recogen algunas de las supersticiones más llamativas o comunes de entre las muchas que pueblan el panorama nacional para convocar a la suerte. Unas son más conocidas y otras, no tanto. Entre las primeras están, por ejemplo, el hecho de comprar décimos cuyo número se corresponda con fechas señaladas (históricas o personales) o que coincidan con cifras que trajeron suerte en el pasado. Es decir, si una vez te tocó un número acabado en 5, ¿por qué no repetir terminación? En eso, los expertos son los abonados, que siempre apuestan al mismo número confiados en que alguna vez tiene que salir el suyo.

Entre las más curiosas destaca la creencia de que el vendedor debe entregar el décimo con la mano derecha y el comprador entrar en la administración con el pie izquierdo. Lo que no queda muy claro es si son complementarias o van irremediablemente unidas. Para rizar el rizo, están quienes creen, como recoge la citada web, que si en la administración se forma una cola kilométrica hay que colocarse a la izquierda si es día impar y a la derecha, si es par.

Quizá una de las supersticiones más extendidas una vez comprado el décimo es la de frotarlo contra algo. El objeto de fricción puede variar. Sirven tanto el lomo de un gato negro, como la espalda de un jorobado, la barriga de una embarazada o la figura de una de esas llamadas brujitas de la suerte. Cada uno puede elegir lo que más le convenga o más a mano le pille.

Se dice que la suerte va por barrios y en cuanto a rituales también ocurre de esta manera. Ventura24, empresa dedicada a la venta online de lotería, ha recogido algunas supersticiones como más propias de unas zonas que de otras. Así, en Galicia cuelgan el décimo al lado de una herradura, en Andalucía prefieren situarlo cerca de la Virgen o de cualquier santo que haya por la casa y en Barcelona son fieles a la Virgen de Montserrat (no les sirve cualquiera).

A parte están las señales del destino. Si el 22 de diciembre, día del sorteo, a alguien se le cae un vaso o plato de las manos, que no lo lamente, le traerá suerte. En esto de las supersticiones también queda hueco para lo onírico. Soñar con un toro negro la noche antes significa que el número agraciado tendrá cuatro cifras. Aunque existe otra versión mucho más optimista que asegura que, si un astado se cuela en el descanso de alguien, a esa persona le tocará seguro.

Para cerrar el capítulo de supersticiones loteras quedaría el grupo de las que podrían llamarse de consolación. En este cajón entra el hecho de que en zonas donde ese año sus habitantes se han visto sacudidos por un desastre natural, un grave accidente o un atentado se disparen las ventas. Esto se debe a que la gente tiende a pensar que después de una desgracia, toca una de buena suerte. Para quienes, pese a todos estos rituales, no consiguen conquistar a la diosa Fortuna y terminado el sorteo siguen tan pobres o ricos como cuando empezó siempre les quedará el premio de consolación. Dicen que el que compra un décimo y no gana, al menos durante el próximo año gozará de buena salud.

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