Dark Souls está dando mucho de que hablar. Secuela espiritual de Demon's Souls, el juego que frustrase a no pocos hace ya dos años, Dark Soulses un RPG de acción caracterizado por su alto nivel de dificultad.
La muerte aguarda al jugador a cada paso, algo que acaba resultando más terrorífico que la propia ambientación. Este hecho ha suscitado sentimientos encontrados, pues aunque el juego presenta una factura impecable, su exigencia para con el jugador repele a muchos usuarios, acostumbrados durante la última década a títulos en los que avanzar se antoja un paseo.Así, hay quienes han querido ver en Dark Souls el germen de una tendencia que podría copar buena parte de las estanterías comerciales: el resurgir de la extrema dificultad como apelo a los jugadores más tradicionales.Ejemplos recientes son títulos descargables como Super Meat Boy o VVVVVV (hoy mismo anunciado para Nintendo 3DS), producciones independientes que buscaron su nicho entre los amantes del reto imposible. Para sorpresa de todos, ambas conocieron un éxito meteórico, lo que ha hecho pensar al resto de editoras, hasta ahora temorosas a perder ventas entre los menos diestros.A este respecto, títulos como Hitman Absolution, que llegará el próximo año a Xbox 360, PlayStation 3 y PC, incluirán una modalidad especialmente pensada para quienes gusten de estampar su mando contra el suelo. Resulta paradójico que en plena vorágine de títulos casuales, la dificultad vuelva a ponerse de moda, pero es lo que tiene privar a los más veteranos de la que otrora fuese su principal motivación.
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