El 72% de las carreteras españolas tiene grietas


El 72% del pavimento de las carreteras españolas presenta grietas en las rodadas, un defecto que, si bien no supone ningún riesgo directo para la seguridad del tráfico, puede provocar importantes daños si se registran lluvias intensas porque el agua penetra en ellas con efectos nefastos para las capas internas del firme.

Este dato figura en los primeros resultados de una auditoría que la Asociación Española de la Carretera (AEC) realiza cada dos años sobre el estado de conservación de las carreteras españolas, tanto de la red estatal como de la autonómica, y cuyo trabajo de campo se realizó el pasado verano.
La auditoría, dada a conocer este viernes, señala también que un 38% de la red viaria española tiene deterioros superficiales en su pavimento. “Hoy por hoy resulta prácticamente imposible encontrar un tramo de carretera en España cuyo firme no esté agrietado”, afirma.
Junto al agrietamiento, el estudio menciona otros deterioros como la pérdida de árido o de material bituminoso del pavimento y las roderas o deformaciones provocadas por la rodada del vehículo.
DETERIOROS ESTRUCTURALES
La AEC indicó que los deterioros superficiales son el preámbulo de otros más graves, denominados “estructurales” y que se observan cuando confluyen en el pavimento grietas, desintegraciones, deformaciones y baches. De hecho, un 12% de las carreteras españolas presenta actualmente deterioros estructurales en más de la mitad de la superficie de la calzada.
Recalcó que los deterioros superficiales afectan a la comodidad de la conducción, pero los estructurales implican un incremento del riesgo y pueden llegar a ser causa directa de situaciones peligrosas para la circulación.
Por otro lado, este informe preliminar de la AEC refleja que un 21% de las carreteras de España tiene roderas medias o profundas, es decir, deformaciones longitudinales de la mezcla bituminosa que se forman siguiendo las rodadas de los vehículos.
Estas roderas provocan incomodidad en la conducción y pueden elevar el riesgo de accidente en la red de alta capacidad, ya que su concentración en el carril derecho traslada la circulación al izquierdo, reservado para los adelantamientos.
“Un deterioro en la superficie del firme no representa, ‘per se’, riesgo para los ocupantes de un automóvil. Menos aún en el caso de los vehículos pesados. Sin embargo, los motociclistas y ciclistas son usuarios cuya seguridad sí puede verse comprometida si circulan por carreteras cuyo pavimento presente deterioros superficiales. Los deterioros superficiales pueden corregirse con repavimentación, pero los estructurales exigen, en muchos casos, reconstrucción, requiriendo de inversiones mucho más elevadas”, apostilló la AEC.

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