El plato 'vasco' que se come las calorías ya se puede comprar en las farmacias

  • Los orificios de los platos están diseñados para filtrar lípidos, grasa y aceite y están inspirado en las esponjas del mar. Absorbe el 30% de grasa.
El plato milagro de Hola
El plato milagro de Hola

Apenas llevan cuatro meses comercializando su ‘mágico’ producto, pero ya han logrado vender 800 unidades a través de su página web. El plato que gracias a sus 1.000 orificios absorbe las grasas hasta lograr reducir en un 30% las calorías de nuestra comida ya se encuentra en farmacias, ferreterías y tiendas de menaje para el hogar.

Desde Hola, el equipo multidisciplinar de emprendedores surgido desde la Universidad del País Vasco que ha inventado y patentado este plato que se ‘come’ las calorías de nuestra comida favorita dejan claro que “nuestro invento, Plato Hola, no hace milagros y no adelgaza por sí mismo, pero sí que ayuda a que llevemos una dieta sana y equilibrada sin renunciar a nuestra comida favorita”. En una semana y gracias a sus filtros, aseguran, “se pueden perder a razón de entre 100 y 200 calorías por comida”, explica Aritz López, una de las 10 personas, de entre 20 y 50 años, que integra el equipo creador.

Un equipo que ha producido “un lote de 5.000 platos financiando directamente de nuestro bolsillo y esperamos haberlo vendido en su totalidad antes de finalizar el verano".  Un plato, por lo demás, que se vende a un precio de 18 euros la unidad y en formato pack, 14,99 euros (dos); 13,99 euros (cuatro).

Este 'menú' ha sido diseñado en la Escuela Superior Técnica de Ingeniería de la Universidad del País Vascodonde sus creadores han investigado, desarrollado y patentado el Sistema Hola, que filtra la grasa sobrante de la comida que hayamos preparado, a partir de un mecanismo de absorción de la vajilla inspirado en las esponjas de mar, unos invertebrados poseen una serie de poros y canales que filtran el alimento y el oxígeno y los separan de los elementos desechables y no necesarios.

Imagen del plato milagro de Hola que también decora
Imagen del plato milagro de Hola, que también decora. L.I.

Los orificios de los platos están diseñados para filtrar lípidos, grasa y aceite. Para ello, tal y como cuenta Ander López, otro de los integrantes del equipo, “hay que tener en cuenta la viscosidad dinámica y la densidad de cada aceite que podemos encontrar en nuestros alimentos". 

Este equipo de ingenieros huye de ser incluidos en los planes de dietas milagro, en la obsesión por lograr una mejor salud y estética. “El plato está perfectamente testado y no vendemos humo -aseguran-. Podemos certificar que el plato absorbe el 30% de las grasas".

Los avales de estos creadores proceden de la Universidad del País Vasco y de su programa Zitek, así como de la confianza que ha depositado en ellos la aceleradora danesa de startups Growth-Train, que en su día premió a Hola. “Esta aceleradora -cuentan estos inventores vascos-selecciona startups de todo el mundo especializadas en la alimentación y la salud, y en 2017 tuvimos el privilegio de ser una de las elegidas e ir allí con todo pagado para desarrollar nuestro negocio y diseño en Dinamarca. Trabajamos con expertos de Food&Health de la Universidad de Copenhague (CBS) e instituciones como Business Lolland-Falster. De las cinco startups seleccionadas, fuimos la única española, junto a dos startups de EEUU, una de Eslovenia, una de Corea del Sur y otra Sueca”.

La idea del equipo es seguir trabajando en el rediseño inteligente de objetos cotidianos, hasta el punto de que ya se encuentran en conversaciones con varios afamados chefs ‘estrellados’ para que el Plato Hola pueda estar presente en alguno de los mejores restaurantes del país. “Incluso alguno de estos grandes cocineros nos han comentado que los orificios podían ser utilizados también para una especie de cocina 2D, porque en ellos también podrían ir aromas, salsas, especias…”.

El plato milagro, como ya lo llaman muchos, ha costado dos años de investigación, “de prueba y error”. Hasta dar con la tecla probaron incluso con incluir en el plato un microprocesador, una rejilla, un ventilador…. Pero al final el invento surgió a partir de una porcelana que es una variante de la mítica Fu-Jian, que se comienza a calentar a casi 2.000 grados centígrados y luego se moldea con una maquinaria que imprime el patrón de hendiduras para aplicar el vidriado a 1.175°C.

Así surgen unos platos de porcelana blanca muy resistente con más de 1.000 agujeros distribuidos matemáticamente y optimizados en la forma y la profundidad necesarias para absorber los distintos aceites alimentarios. Además, los platos “se pueden lavar como cualquier otro plato en el lavavajillas, porque el material no absorbe la grasa sino que la separa. También se pueden meter al microondas…”. Y encima son de diseño y hasta decorativos, ya que están inspirados en los kamon de la cultura japonesa y admiten diferentes diseños. “Los kamon son insignias monocromáticas compuestas por siluetas cuyas proporciones representan la esencia del diseño japonés. Pequeñas obras de arte y simbología que esconden elevados principios matemáticos, igual que nuestros platos”.

Mostrar comentarios