Kinect, una revolución tecnológica a nuestro alcance

Hace unos años Nintendo revolucionó el mercado del ocio digital como sólo una compañía de su historia y su calado social sabría hacer. La Wii nos hacía levantarnos del sofá o el sillón para obligarnos a interactuar mediante movimientos con los sucesos que acontecían en pantalla. La competencia se reía de ellos, los desarrolladores no entendían la escasa potencia gráfica de Wii frente a los mastodontes PS3 y X360, pero Nintendo creyó en sus ideas y consiguió lo impensable: que padres e hijos, mayores y pequeños, jugones y reacios se situasen frente a un televisor y pasasen un buen rato mediante juegos sencillos y divertidos. Nintendo nos ha demostrado que el único elemento indispensable para hacer realidad un sueño es creer que es posible.Años más tarde, aquellas mismas compañías que anteriormente argumentaban que "la Wii sólo es un juguete para niños" han lanzado sus propios sistemas de control de movimiento, junto a unas campañas de comercialización muy similares a las que Nintendo lleva años realizando, con una carga social y familiar muy marcada. Para PS3 nos encontramos con Move, que perfecciona el concepto de Wii añadiendo una cámara junto al televisor y unos emisores de colores a los mandos. Por su parte, Microsoft va un paso más allá y presenta Kinect, el proyecto más arriesgado y ambicioso del sector de los videojuegos en los últimos tiempos.Kinect, antes conocido por su nombre en clave Project Natal, no se conforma con mejorar lo ya existente sino que crea todo un sistema capaz de capturar el movimiento del cuerpo completo y de reconocer las voces de quienes están delante. De esta manera, el control del juego se realiza mediante nuestros propios gestos, eliminando el mando o los botones como intermediarios. Cualquier movimiento que realicemos será mostrado tal cual en pantalla. Como dice su propio eslogan, "tú eres el mando". Cuando se está frente a Kinect es inevitable pensar en la famosa escena de la película 'Minority Report', donde se controlan los menús de un ordenador moviéndolos directamente con las manos. Tanto es así, que el propio Steven Spielberg -director de la película- estuvo en el E3 2009 presentando aquella tecnología en sociedad. Desde entonces y hasta hoy, Kinect ha levantado tantas pasiones y expectativas que en apenas dos meses desde su lanzamiento ha vendido ocho millones de unidades en todo el mundo. Un éxito tan esperado como merecido, pues en Microsoft esperaban llegar a los cinco millones antes del fin de la temporada navideña y, finalmente, casi han duplicado esa cifra.¿Qué supone la presencia de una tecnología como la de Kinect tanto dentro como fuera del mercado de los videojuegos? La respuesta ya la tenemos entre nosotros. No hay más que ver la tempestad de hacks realizados por los usuarios para adaptar Kinect a la vida cotidiana para darse cuenta de que no estamos ante un accesorio cualquiera. Probablemente estemos en uno de los momentos más importantes de la historia de los videojuegos y la informática de usuario.Destacan, por encima de los demás hacks, algunos casos especialmente interesantes. Por ejemplo, ¿sabías que el primer hacker de Kinect es un joven español de apenas 20 años? Héctor Martín, que ni siquiera tenía una Xbox 360, consiguió modificar el código en menos de dos horas y, gracias a su trabajo y la liberación del código, muchos otros han podido aprovechar el potencial del periférico para realizar otras modificaciones. Algunas de ellas tan interesantes como el tan ansiado control de nuestro ordenador sin tocar el ratón, teclado ni la pantalla, tal y como lo haría Tom Cruise en la mencionada película 'Minority Report'; otras más divertidas como aprovechar esta interfaz para jugar al 'World of Warcraft', al 'Super Mario' o con helicópteros de juguete que utilizan Kinect a modo de radar 3D para sortear objetos. Pero no acaba ahí la cosa, Kinect ya se puede utilizar también como una webcam 3D para el ordenador si lo deseamos. ¿Y en combinación con otro Kinect? Las posibilidades se multiplican al mezclar ambas capturas y conseguir una imagen en un 3D casi perfecto. Si todo esto te parece poco, te alegrará saber que también es posible realizar luchas de sables láser al más puro estilo 'Star Wars'; o incluso conseguir camuflaje óptico como el un Predator y parecer invisible o translúcido a través de la cámara.Otros más solidarios han visto en Kinect la herramienta perfecta para que la gente enferma o en rehabilitación pueda realizar algo de ejercicio en su propia casa con la ayuda y la asistencia a distancia. También en ámbitos más sociales, como la telepresencia, pues cualquier abuelo puede simplemente decirle el nombre de su nieto o su hija y establecer una videollamada, sin necesidad de complejos aparatos llenos de botones.Todo esto ha sido posible en apenas unos meses de trabajo, ¿qué nos podremos encontrar con el tiempo? Echando imaginación, podríamos aplicar esta tecnología a la medicina y las siempre complicadas cirugías; o a la robótica, pudiendo manejar un robot androide a distancia que ejecute con precisión nuestros movimientos; también en medicina, con juegos para recuperar el movimiento de articulaciones que darían puntos cuanto mejor se haga el ejercicio y motivar así a la persona afectada. Las posibilidades son muchas y el potencial de Kinect permite que con el tiempo vayan apareciendo cada vez más usos sorprendentes y poco relacionados con su uso original, que son los videojuegos.No sabemos lo que nos depara el futuro, pero es muy probable que la tecnología que Kinect utiliza hoy siente las bases del comportamiento, ya no sólo en el sector de los videojuegos o los sistemas operativos, sino en otros aspectos mucho más importantes  que hoy en día no parecen casar en absoluto con un periférico para una videoconsola.Con el tiempo, cuando podamos mirar en perspectiva lo que ahora está aconteciendo, veremos que Kinect sienta hoy las bases de un futuro que antes era sólo imaginable en la ciencia-ficción.