Las llaves de tu casa pueden conseguirte alojamiento gratis en cualquier ciudad del mundo

De un pueblecito de Sierra de Gata en Cáceres a Amsterdam, Bélgica, Granada, Córdoba, Murcia, la costa almeriense y la onubense. Una decena de destinos en poco más de año y medio. Ésta son las vacaciones que ya ha disfrutado Jorge, de 50 años, gracias a intercambiar su casa en el pequeño pueblo de Perales del Puerto (Cáceres) por cualquier destino del globo.

El intercambio de casas es un fenómeno anglosajón que poco a poco se está haciendo muy popular en España, en parte porque la crisis económica nos hace agudizar el ingenio para lograr gangas en nuestras vacaciones. El único requisito es contar con una casa, aunque sea alquilada, ser lanzado y un poco confiado.

"A muchos de los que han estado en mi casa no les he llegado a conocer en persona, sólo por teléfono y correo electrónico",  para saber un poco más de aquellos que van a pasar unos días en tu hogar y para acordar la entrega de llaves entre ambos, explica Jorge.

La confianza en las personas es la clave de este particular sistema. Jorge se enorgullece de tener la copia de llaves de muchas casas, al igual que muchos tienen de la suya. "No hay miedo, yo dejo mi casa tal cual está sin comprar nada nuevo para los 'invitados' y a veces me la devuelven mucho mejor de lo que estaba", asegura.

Las ganas de viajar y de conocer mundo son las que mueven este fenómeno, que no es nuevo. Estibaliz Martínez, responsable de la web intercambiodecasa.es --portal especializado en intercambio de casas--, asegura que las personas que intercambian sus casas "no lo hacen únicamente para ahorrar dinero, se trata de hacer una inmersión en una cultura distinta y de formar parte de una red de amigos que, paradójicamente, no se habrán visto nunca".

A través de este movimiento, ceder tu casa te permite descubrir una región "de forma mucha más auténtica y personal, lejos del turismo masificado", porque, destaca Martínez, "una familia ocupa el espacio de la otra, con vecinos y animales domésticos incluidos.

Con confianza y sin reparos

Martínez incide en que para entrar en este movimiento, que no entiende de fronteras, "hay que dejar de lado cualquier reparo que se pueda tener por el hecho de que unos extraños vivan unos días en tu casa, se sienten en el sofá en el que habitualmente ves la tele o beban en los mismos vasos que tú".

"En otros países hay más predisposición a dejar la casa a otras personas que en España, donde algunas personas ven más problemas. Pero si lo experimentan y se dan cuenta de que funciona, acabarán animando a familiares y amigos, y en pocos años se podrá doblar el número de asiduos" a este movimiento, explica Martínez.

En este sentido, señala que España sigue estando en fase de crecimiento en cuanto a los intercambios, "por cada anuncio español que se publica hay tres extranjeros".

Idea anglosajona

De hecho, Jorge Ruiz, responsable en España del portal gabinohome.com --web en la que se cuelgan anuncios de intercambio de casas, así como de alquiler y venta de viviendas-- explica que el movimiento surgió en el mundo anglosajón donde la movilidad laboral es mucho mayor y ahora se ha difundido al ámbito del ocio, sobre todo gracias a internet.

A través de este tipo de portales --algunos de ellos requieren un registro un pago anual, aunque también las hay gratuitas-- los usuarios contactan y acuerdan las fechas del intercambio. Por ello, las referencias son claves para el negocio: si haces algo en una casa, el propietario puede informar y dar malas referencias, por lo que será difícil que vuelvas a hacer un intercambio.

De hecho, Martínez subraya que su portal, por ejemplo, tiene registrados 978 españoles de un total de 5.800 miembros en todo el mundo. "Nos ganan en número países como EEUU, Australia, Francia y Canadá". Pero ya son dos de cada 10 españoles los que se estrenan este año en el intercambio de sus casas.

El perfil de estos usuarios se está ampliando poco a poco. Martínez señala que cada vez más "abundan las familias jóvenes con hijos porque hoy en día pagar quince días un hotel para cuatro es caro", pero también se están multiplicando el número de jubilados que realizan intercambios.