Pafos, la isla del amor en el Mediterráneo oriental que está bendecida por los dioses

  • Dice la leyenda que aquí nació Afrodita, la diosa del amor, y que hasta allí acudían dioses mitológicos en busca del amparo y del amor de la diosa.
Isla de Pafos, en Chipre.
Isla de Pafos, en Chipre.
EFE
Isla de Pafos, en Chipre.
Isla de Pafos, en Chipre. / EFE

La vieja isla de Chipre situada a unas millas del continente asiático es, sin embargo, la isla europea más oriental del Mediterráneo. Con una profunda hendidura que separa políticamente la zona norte del resto de la isla. Una ciudad situada al sur de la isla es un universo de historia profunda, un museo de arte profuso, mosaicos policromados y bellos iconos; de arquitectura ancestral exhibida en monasterios medievales, un castillo poderoso en otro tiempo y pequeñas iglesias bizantinas, una tierra de leyendas y mitos. Una isla en la que el sol da luz a las orquídeas, los tulipanes, las higueras, la salvia y el tomillo.

Dice la leyenda que en Pafos nació Afrodita, la diosa del amor, y que hasta allí acudían dioses mitológicos en busca del amparo y del amor de la diosa. Es también tierra mundana de pequeñas granjas sin importancia aparente pero que aportan humanidad. Se ven pastores que cabalgan a lomos de burros que parecen moverse con pereza conduciendo rebaños de ovejas y cabras. Chipre ha recibido la bendición de los dioses, que la han dotado de una belleza natural irresistible y han mantenido un sentido trascendente de la vida, pagana y mitológica primero y profundamente cristiano después.

Pafos fue un tiempo, la antigua capital de la isla y se mantiene como interesante Patrimonio Cultural de la Unesco. La ciudad se mantiene al abrigo de los embates del Mediterráneo y guarda en su pequeño puerto todo el encanto de un puerto con un paseo marítimo en el que encontrar restaurantes y terrazas en los que disfrutar del mejor marisco. La parte antigua (Kato) mantiene un embrujo especial que invita a recorrer paseando sus callejuelas. Este paisaje urbano contrasta con los monasterios que albergan frescos e iconos de extrema belleza e incalculable valor.

La isla está apegada al producto local que ha sido la base de su gastronomía. Bajo la bendición del monasterio Timiou Stavrou se despliegan viñedos que dan algunos de los mejores vinos de la isla que elaboran las bodegas de Nelion en Pretori y Tsangarides en Lemona y cuyos vinos se pueden disfrutar en las tabernas del pueblo. Para comer recomendamos las terrazas del puerto de Pafos donde dar buena cuenta de un mezze para compartir y mejor marisco y pescado, de una calidad inmejorable. Algo más sencillo, Suite 48, sandwiches y ensaladas al borde del mar. En Muse Kitchen Bar, para una copa mientras se pone el sol. Para dormir Almyra, un 5 estrellas al borde del mar.

Si Pafos ha sido un santuario al que cada año acuden miles de tortugas para desovar como lo han hecho desde siempre, en Blue Lagoon también ha dado lugar a un espectáculo único por el cual el agua deslumbra con una secuencia de tonalidades azules y turquesas. Sin embargo, en los últimos años, Pafos se ha convertido en un puerto de moda en el que cada vez más turistas deciden como el destino de sus vacaciones.

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