Torres y García en Sevilla, un almacén donde comer realmente bien en Sevilla

  • Sevilla va despertando poco a poco del letargo gastronómico de antaño, para ofrecer nuevas propuestas actuales y cuidadas.
Uno de los restaurantes que están de moda en Sevilla.
Uno de los restaurantes que están de moda en Sevilla.
Uno de los restaurantes que están de moda en Sevilla.
Uno de los restaurantes que están de moda en Sevilla.

Si hace unos días recordábamos que en una ciudad como Valladolid coexistían cuatro restaurantes con estrella Michelin, sorprende que en Sevilla, una ciudad que dobla ampliamente el tamaño de aquella, apenas cuente con un sólo restaurante con el preciado ‘macaron’, Abantal. Y no es que en Sevilla haya peores cocineros que en otras latitudes, simplemente los negocios prefieren atender un turismo fácil y cautivo por un lado y a un público local acostumbrado al tapeo ligero, por otro. Pero Sevilla va despertando poco a poco del letargo gastronómico de antaño, para ofrecer nuevas propuestas actuales y cuidadas.

En este empeño que lidera el mencionado Abantal, la única estrella sevillana; encontramos la cocina resultona de La Azotea; propuestas con aspiraciones de hacerlo bien como en Oriza; cartas clásicas muy bien hechas como Robles y las incursiones atrevidas de un Cañabota. Además, un grupo de restauración que en apenas unos años ha crecido asombrosamente rápido. Comenzó con unas magníficas mollejas en Ovejas Negras, continuó con las tapas de La Chunga, La Mamarracha, y así hasta culminar en Torres y García, probablemente la opción más cuidada del Grupo, no en vano, tras tantas aperturas, se van puliendo aristas.

Torres y García es un establecimiento que nada más verlo entra por los ojos. Un proyecto de interiorismo muy logrado, en el que sus múltiples espacios dan vida al local por sí mismos. Una terraza luminosa, un patio con plantas muy recogido, un comedor de ladrillo visto y listones de madera horizontales marcan un estilo muy definido, y el almacén, la joya de la corona. Una especie de antiguo colmado, de repisas y estanterías repletas de latas de conservas y aceites que, contrasta con el estilo industrial de las conducciones de aire acondicionado que recorren el techo.

Uno de los platos a degustar en este local sevillano.
Uno de los platos a degustar en este local sevillano.

Torres y García ha logrado algo que en estos tiempos parece imposible, no sucumbir a los cantos de sirena de la cocina fusión, de los productos e ingredientes del otro lado del océano y del oriente mas lejano, de las técnicas tan en boga llegada de casi cualquier parte. Aquí se hace cocina de siempre, platos de toda la vida, en versiones muy cuidadas y bien elaboradas por lo general. Una muy buena ensaladilla rusa con atún y una mayonesa algo cítrica que refuerza su frescor. Una muy fina y elegante lengua preparada en vitello tonato; y unas jugosas e intensas alitas de pollo con salsa barbacoa.

Del horno de leña unas pizzas con buena pinta, pero del que sale una magnífica col asada con espuma de ajo negro. Un producto al que no se le suele dar mucha cancha, pero que bien tratado da de sí. Unas muy buenas mollejas de cordero (en la línea de Ovejas Negras); un jarrete bien elaborado y un chuletón de vaca vieja con el gusto que le da a la carne un tiempo de maduración para que se asienten sabores ideal para compartir al centro. Además de una selección de cervezas artesanas, en Torres y García ponen el acento en una notable oferta de cócteles pensados para cada momento de la comida.

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