Una cena flotante y sostenible

  • Está amarrado como cualquier otro yate en la bahía de Vancouver, pero es un exclusivo restaurante mantenido a flote por miles de botellas de plástico. Así la alta gastronomía promueve la pesca sostenible.
Una cena flotante y sostenible en Vancouver
Una cena flotante y sostenible en Vancouver
lainformacion.com
Alessia Cisternino

Tiene todas las características de un restaurante exclusivo: 12 comensales por noche sólo durante dos meses, una única mesa como muchos de los restaurantes de alta cocina más de moda en este momento, un menú fijo a base de pescado y marisco firmado por un reconocido chef, reserva obligatoria y, como no, un precio no exactamente asequible (215 dólares). Pero, por lo menos esta vez, hay mucho más que esto.

La idea de construir un restaurante flotante, amarrado como un yate más en el Yacht Club de False Creek en Vancouver, se le ocurrió hace un tiempo a Shannon Ronalds, fundador de la School of Fish Foundation, una organización sin ánimo de lucro que defiende la pesca sostenible y promueve la formación de una nueva generación de cocineros comprometidos con este tema.

"Decidimos construir un restaurante flotante" nos explica Shannon Ronalds "porque queríamos invitar a la gente a experimentar un evento único y divertido a la vez que intentábamos presentar nuestra misión y nuestra estrategia de una forma más agradable".

Como todos los proyectos que persiguen fines benéficos, también éste es original, llamativo y perfectamente en línea con el mensaje que quiere lanzar: el restaurante está realizado con pinos de los bosques de la Columbia Británica destruidos por un peligroso escarabajo y puede mantenerse a flote gracias a una base constituida por más de 1700 botellas de plástico de dos litros, que representan y llaman la atención sobre una de las mayores amenazas actualmente existentes para la vida marina.

El restaurante está diseñado por Shannon Ronalds, perfeccionado por Matt Kirk-Buss de Loki Ocean, una empresa que se dedica entre otras cosas al diseño de yates, y construido por el estudio integrado de diseñadores, arquitectos y constructores Goodweather Designs.

A pesar de que se trate de un restaurante flotante y sostenible, no le falte ni un detalle: manteles blancos, copas de cristal, vajillas de porcelana, una gran lámpara central que recuerda más Versailles que el camarote de un barco y una vista excepcional a las montañas y a la ciudad de Vancouver.

El menú, diseñado por el chef Robert Clark del C Restaurant también ubicado en Vancouver, está formado por seis platos a base de marisco y pescado rigurosamente sostenible, de las gambas al salmón salvaje de la Columbia Británica pasando por la "tilapia" (un tipo de pescado) con crema de langosta al azafrán.

Cada plato además está acompañado por un vino diferente seleccionado por el mismo Shannon Ronalds, ex sumiller, mientras una mousse de frutas del bosque y una selección de quesos cierran esta cena tan exclusiva como original.

"Cuando se habla de sostenibilidad" afirma Shannon Ronalds "la gastronomía es el mejor sitio por donde empezar. No importa que seas una gran empresa o un pequeño negocio, todos necesitamos comer y ésta es la primera cosa que uno puede hacer para provocar un cambio. Una vez que aceptemos el concepto de sostenibilidad en la comida, la posibilidad de cambiar la política de las grandes empresas, los métodos de construcción o las fuentes de energía se hace más viable".

"Si eres el dueño de una multinacional" sigue Shannon "y empiezas a prestar más atención al hecho de que lo que estás comiendo sea sostenible, puedes también darte cuenta de tu responsabilidad de que todo lo que hagas sea de la misma manera sostenible".

Hasta ahora, unas 140 personas han podido cenar en este restaurante único en su género que a finales de septiembre empezará a recorrer el mundo con la finalidad, como revela Shannon, de educar y concienciar a los futuros cocineros sobre la importancia de la pesca sostenible.

Mostrar comentarios