Vinos ecológicos: buenos, sanos y asequibles

  • Anabel Pascual

CONSUMO ECOLÓGICO
CONSUMO ECOLÓGICO

Anabel Pascual

Los vinos ecológicos españoles, con gran prestigio en el exterior, tienen mucho más que ofrecer que solazarse con una copa; pero, ¿qué es exactamente un vino ecológico?, ¿en qué se diferencia del convencional? y, lo más importante dada la economía de muchos hogares, ¿de verdad es más caro?

Los expertos consultados por EFEverde aseguran que un vino ecológico no tiene por qué ser más caro que uno convencional; Pablo Chamorro, editor de "Vinum Nature: La guía de los vinos ecológicos" asegura que "los precios de éstos son muy competitivos".

Según publica esta guía, la única de España con más de 600 referencias, el consumidor puede encontrar el 22 % de la oferta por debajo de 5 euros, el 66 % por debajo de 10 euros y el 90 % por debajo de los 20 euros.

España tiene además una amplia gama de vinos ecológicos disponibles y no cabe duda de que están despertando la curiosidad de quien más se preocupa por el medioambiente y por el impacto que sus decisiones de compra tienen sobre el entorno.

En franca expansión

Se trata de un sector en franca expansión y, aunque desarrollado en iniciativas de pequeño tamaño, aporta innovación a la actividad en el medio rural y respeta el entorno.

El coordinador de la Feria Internacional del Vino Ecológico (FIVE), Ignacio Bidegain, explica que "su nivel medio de calidad está por encima de los convencionales", por lo que la comparativa se debe hacer con caldos equivalentes.

En el viñedo ecológico se prohíbe el uso de fitosanitarios y fertilizantes de síntesis químicos y se aplica una gestión verde que respeta el ecosistema y su biodiversidad.

"El vino ecológico es un vino con todas las letras", en el sentido de que en su elaboración se utilizan muchos menos aditivos o correctores que en el convencional, resalta Bidegain.

Mayor digestibilidad

Chamorro añade que "el consumidor habitual de vinos eco aprecia su mayor digestibilidad", algo lógico porque "el hígado no tiene que procesar compuestos químicos" y tanto el cultivo como la vinificación biológica los prohíbe.

Aunque sí se permite el uso del azufre, se utiliza en menor cuantía que en el convencional: así, por ejemplo, las concentraciones de sulfitos deben ser 50 miligramos inferiores y, en la práctica, si un tinto bio puede tener hasta 100 miligramos por litro, la media real es bastante más baja, casi la mitad.

Incluso hay vinos sin sulfitos, aspecto interesante para los alérgicos a este compuesto, lo que aparece indicado en la etiqueta.

A pesar de que en el pasado este tipo de caldos no tenía buena consideración, Bidegain señala que "en cata no se distinguen, únicamente si se hace una analítica descubres que los bio, además de no tener restos de pesticidas, tienen unos niveles de sulfitos más bajos".

No es habitual, como ocurre con otros alimentos bio, encontrar estos vinos en los supermercados, pero sí en tiendas especializadas.

Sello

Un vino eco suele llevar en la contraetiqueta un sello que indica que cumple con la normativa de agricultura ecológica o bien el sello europeo (una hoja formada por estrellas sobre un fondo verde).

También puede aparecer uno autonómico, con el sol y la luna sobre un fondo azul y marrón, con unas rayas verdes, que lo hace fácilmente reconocible.

El consumo interno de vino ecológico es aún muy bajo en España, aunque, con cerca de 81.300 hectáreas, es el primer país del mundo dedicado a este tipo de viñedo, por delante de Francia e Italia, con un incremento progresivo de las bodegas eco, que ya superan las 500.

Por ello, Bidegain certifica que el sector vitivinícola ecológico exporta el 80 % del volumen producido "más por necesidad, que por vocación".

"El mercado interno es endeble", se lamenta, "pese a que la filosofía de estos productos pasa por el consumo local, de proximidad". EFEVerde

Mostrar comentarios