Historia de un apellido: Barbour, el gran icono de moda británico

  • Nacida para proteger del clima a los pescadores del este de Inglaterra, tras 125 años y cinco generaciones, es una referencia de estilo inglés.
Barbour
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Cinco generaciones y 125 años contemplan la historia de Barbour, una de las firmas más emblemáticas de la moda. Una historia peculiar, probablemente única, por su capacidad para evolucionar desde su nacimiento casi como herramienta de trabajo hasta convertirse en un icono de la elegancia –de un reconocible tipo de elegancia, de hecho– y hacerlo sin traicionar, todo lo contrario, sus señas de identidad, plenamente vigentes hoy como entonces.

El inventor de esa prenda encerada y funcional, que persiste en su esencia por encima de las modas, es el escocés John Barbour, fundador a la postre de un imperio familiar que llega hasta nuestros días. En 1894, tras cruzar la frontera y convertirse en representante de tejidos en el norte de Inglaterra, decide abrir en South Shields (en la desembocadura del navegable río Tyne) un gran bazar.

John Barbour

John Barbour, fundador de la firma británica. 

Es entonces cuando se da cuenta de que pescadores, marineros y portuarios de la zona demandan prendas más resistentes que les protejan de las gélidas aguas del Mar del Norte. Barbour se pone a fabricar telas enceradas, con tal éxito que su empresa, la J. Barbour & Sons (dos de sus hijos, Jack y Malcolm, son ya socios), se convierte en pocos años en la productora más importante de la costa noreste entre las de su sector, fabricando prendas de abrigo para todos aquellos que trabajan al aire libre.

Barbour vintage
 

(En la foto, portada de un catálogo de Barbour de principios del siglo XX).

Así, a comienzos del siglo XX la tela Beacon (la primera marca de la casa Barbour) es ya tan popular que empiezan a llegar a la central pedidos de todas las colonias inglesas. Para satisfacer la demanda, en 1908 Barbour distribuye un primer y modesto catálogo, que mejora año tras año, y que a partir de 1912 es enviado regularmente a lugares tan distantes como Chile, Hong Kong, Nueva Zelanda y las islas Malvinas. En él figura, claro, la 'Uncle Harry’s Coat', como se conoce a la chaqueta 'Haydon', y que es la primera confeccionada a partir de algodón encerado. Y, junto a ella, ropa y calzado para hombre, mujer y niño, sacos de dormir y herramientas de jardinería.

Barbour vintage
 

(En la foto, catálogo 

Sin embargo, el final de la I Guerra Mundial (en la que los soldados británicos visten Barbour para protegerse del mal tiempo) trae consigo una depresión que lo arrastra todo y que, en el caso de Barbour, dura hasta 1935, cuando el único hijo de Malcolm, Duncan, gran amante de las motocicletas, decide lanzar una línea de trajes y prendas exclusivos para motociclistas. Una idea providencial que convierte a Barbour en proveedor de todas las escuderías inglesas durante más de 40 años.

En 1957, tras 63 años de venta al detalle y al por mayor, Barbour inaugura su fábrica de manufacturas a las afueras de South Shields. Un evento al que Duncan, el gran artífice del cambio, no logra asistir, ya que fallece dos meses antes, a la edad de 48 años, dejando la empresa en plena transformación en manos de su esposa y de su hijo, John, un joven brillante, convertido en director general adjunto con 19 años, pero que también moriría prematuramente, a los 30, dejando a su esposa, Margaret, maestra de escuela, y a su hija de dos años, Helen. Quedan así dos mujeres (y una tercera en camino) a la cabeza de una fábrica al servicio del hombre. Parece una locura, pero estamos en 1968, año de revolución, y todo es posible.

Chaqueta Barbour

Detalle de una chaqueta clásica encerada de la firma. 

Las damas de Barbour

En los últimos cincuenta años –desde la llegada al poder de las mujeres– Barbour no ha hecho más que crecer. Tanto que, en 1981, la fábrica tuvo que ser ampliada y trasladada unos kilómetros al interior, a Simonside. A su porfolio han incorporado prendas ya históricas, como las chaquetas enceradas 'Bedale', 'Beaufort' y 'Border', responsables en buena medida de la conversión de Barbour en una firma de moda y de confianza por parte de los británicos, cuando comenzaron, en la década de los 80, a ser vistas tanto en el campo en la ciudad; o el modelo guateado 'Countryman' –rebautizado luego como 'Liddesdale'–.

Dame Margaret

​Dame Margaret y su hija Helen, actualmente ambas al frente de la firma. 

Aunque muchos de los productos que ofrece –más de 2.000, para hombre, mujer y niño– provienen de otros lugares del mundo, sus tradicionales chaquetas y abrigos encerados siguen produciéndose exclusivamente en Simonside: más de 100.000 al año. Chaquetas y abrigos de los que, por cierto, nadie quiere desprenderse, algo que ha generado un ocupadísimo departamento de arreglos: existen servicios de atención al cliente en muchos países, incluido España, que, en pocos días, enceran, arreglan y devuelven la prenda en perfectas condiciones.

La trayectoria de Margaret ha sido reconocida por tres Sellos Reales, lo que la ha hecho merecedora del título de Dame. En 1988 fundó Barbour Trust (ahora Barbour Foundation) con el objetivo de financiar causas benéficas y que ha donado hasta la fecha 14,8 millones de euros a proyectos sociales.

Barbour

Proceso de encerado del modelo 'Beaufort' de Barbour.

Ahora, convertida Barbour en marca de confianza tanto de la realeza como de personalidades del mundo del cine y la televisión, la música y el deporte, sus prendas están disponibles en más de 40 países como muestra de un estilo de vida al que, por cierto, también se han incorporado los perros, con una colección de moda y accesorios caninos impulsada por Helen. Además, para celebrar sus 125 años, Barbour ha lanzado la colección 'Icons Re-Engineered', una edición limitada de piezas inspiradas en chaquetas icónicas de la marca, tanto para hombres como para mujeres, que reflejan un periodo significativo de su historia y que han sido actualizadas con un estilo contemporáneo impregnado del patrimonio de Barbour.

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