Bruce Springsteen, el Capitán América del rock

  • Pocos como él encarnan de manera tan inapelable la imagen del héroe moderno.
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Bruce Springsteen, durante un concierto en el teatro Fox de Atlanta, en 1978. Fotografía: Rick Diamond / Getty Images

Atractivo, inconformista duro, sentimental, el hermano mayor de la tribu: The Boss. Un tipo hecho a sí mismo a base de esfuerzo, electricidad y canciones que calan hasta los huesos. “Provengo de una población costera donde casi todo tiene un aire fraudulento. Como yo mismo”. A sus 20 años, el hombre que escribiría Racing in the Streets o Pink Cadillac apenas sabía conducir, pero tenía “cuatro ases en la manga. Era joven, acumulaba casi una década de experiencia en bandas de tugurios, había un grupo de músicos locales en sintonía con mi estilo, y tenía una historia que contar”. Springsteen nació en Freehold, Nueva Jersey, en una familia pobre en la que el personaje más determinante era su padre, Doug: impredecible, bebedor, amargo y a veces violento. “Me quería, pero no me soportaba”. Espabilado y curioso, su paso por la escuela fue un desastre. Aquel jovenzuelo embutido en camisetas, jeans ajustados y botas de vaquero no parecía alguien decidido a acatar las normas establecidas. Y de repente, una tarde, al ver una actuación de Elvis en televisión, dio un brinco y supo la vía de escape para hacer realidad sus sueños de gloria y libertad. Al día siguiente pidió a sus padres una guitarra que aprendió a tocar con suma facilidad. Y poco a poco, perpetró sus escarceos musicales junto a los ‘troncos’ del barrio en los garitos de su ciudad. Comenzó a leer poesía y a componer canciones hasta en las servilletas de los bares.

Después de formar y desarmar un puñado de grupos, nació la E. Street Band, la banda de rock mejor engrasada de la historia, con una obra gigantesca en apoteósicos conciertos. Pero tuvo que llegar la década de los 80 para verle convertirse en estrella mundial e ídolo de la cultura popular. Springsteen fue el primer ‘rockero’ en aparecer en la portada de las revistas Newsweek y Time. Y fue catalogado por la crítica como una de las contadas estrella del business capaz de imponer su propio estilo gracias a su talento y a su inagotable energía en el escenario. Gracias, Mister Springsteen. Por su música, por su escritura, por su vitalidad, por dominar a sus demonios, por comprometerse con la justicia social, por repartir tanta esperanza vital, por darle color a tantas cosas grises y tristes.

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