Casperia es uno de los pueblos más hermosos de Italia: pequeño, milagrosamente intacto, donde las escaleras se alternan con calles de piedra en absoluta armonía, rodeado de muros asomados a la naturaleza. Aquí se encuentra la Accademia Alta Sartoria Massoli, una pequeña pieza del mundo antiguo proyectada hacia el futuro gracias a la tecnología y al encuentro entre LVMH, Fendi y Maria Grazia Cimini, hija de la gran costurera Maria Antonietta Massoli y su heredera en la gestión del taller familiar, una de las perlas de Made in Italy.
Cimini ha restaurado las instalaciones del antiguo molino de aceite que alberga el taller con cuidado filatélico, pero ha dejado las huellas de su madre intactas, hasta convertirlo en el escenario ideal en el que un grupo de jóvenes sastres aprende los trucos del oficio para poner luego su maestría al servicio de firmas como Fendi.
En el edificio que alberga la Accademia, cada espacio está dedicado al aprendizaje. En una habitación cosen, en otra aprenden a entender un modelo y a cortar, en la parte inferior está la plancha para terminar. Visitarlo es presenciar el nacimiento de un vestido desde la tela hasta el envoltorio. Atención al detalle, a los jóvenes y al éxito del taller y la escuela. Este es el trabajo diario de Maria Grazia Cimini, quien controla el trabajo con un cuidado extremo.
“Llegaban jóvenes que se jactaban de tener un buen plan de estudios, pero luego no demostraban un buen desempeño –explica–. Como sastrería, comenzamos a trabajar para Fendi en 1982, y ahora tenemos una mejor oportunidad de enseñar a futuros sastres”.
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