Wempe, 142 años en busca de la calidad y la innovación en la relojería y la joyería

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No se puede asegurar cuál de las dos fue la primera cualidad en aflorar en la personalidad de Wempe como negocio. Pero lo que sí ha quedado claro es que la firma alemana –cumple 142 años este año– ha atesorado tanto innovación como excelencia. Dos detalles tan distintivos como el respeto por una tradición que comenzó a labrarse en 1878, cuando Gerhard D.Wempe (1857–1921), con tan sólo 21 años, sentaba las bases de la compañía en la pequeña ciudad de Elsfleth a orillas del río Weser.

Su ideario no dejaba lugar a dudas: “Me esforzaré para ofrecer los mejores productos, la más amplia selección y el servicio más atento posible a mis distinguidos clientes.” Una afirmación, que cumplió desde el primer momento y que se manifestaba de muchas formas diferentes. Pero lo más importante es que sigue vigente hoy en día y es uno de los detalles que distinguen a la filosofía de la compañía.

Gerhard D. Wempe, apodado “Gülden Gerd” (el Gerd Dorado), alcanzó el éxito gracias a sus buenas ideas. Abrió su primera tienda en Oldenburg en 1894, a la que se sumó una más en Hamburgo en 1907, ciudad desde la que el negocio familiar alcanzaría definitivamente su fama internacional. El carácter pionero del creador de la firma fue posible gracias a su amor por el arte de la relojería, pero también a su destreza en los negocios, tanto como para convertir el nombre de Wempe en sinónimo de éxito, tanto en la joyería como en la relojería.

Un trabajo alabado en el que también tuvieron mucho que ver sus exposiciones y la laboriosa y detallista decoración de sus escaparates, que atrajeron a una clientela tan selecta como dispar y que tuvo ningún otro negocio de su época. Todavía hoy, el concepto de escaparatismo es uno de los emblemas que distinguen a la empresa familiar.

En la imagen, dos modelos de la casa: el Zeitmeister Large Date y el Wempe Chronometerwerke CW4 con brillantes.

La fórmula impulsada por Gerhard D. Wempe ha sido siempre fuente de inspiración para la compañía, incluso en periodos de crisis. Esta no era otra que ofrecer en sus tiendas la mejor calidad, la selección más amplia de relojes y el trato más exquisito a los clientes. Actualmente, Wempe puede lucir la enseña de una empresa internacional que cuenta con sucursales en todo el mundo –en Madrid ubicada en la calle Serrano 58–.