Evita el "desgaste cognitivo" 

"Es como trabajar la mitad": el efecto de la jornada de 4 días en la salud mental

La doctora y vocal en el Colegio de Psicólogos de Madrid defiende el beneficio psicológico para los trabajadores de reducir la jornada laboral a cuatro días y aumentar a 10 las horas de trabajo. 

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Isabel Aranda: la jornada de 4 días, "redunde en bienestar psicológico"
Pixabay

Esta semana conocíamos que el Gobierno de Bélgica había llegado a un acuerdo para reformar el mercado laboral del país e incluir la posibilidad de concentrar la semana de trabajo en cuatro días, con una compensación de dos horas diarias, o flexibilizar los horarios para dar más libertad a los trabajadores. Algo que, a finales de 2021, el Ejecutivo español confirmaba que ya estaba estudiando. 

De hecho, existen varias empresas españolas que ya han implementado esta jornada, aunque de modos distintos. Software DelSol fue la primera en aplicarlo, y en los últimos meses otras compañías, como Desigual, también se han sumado a esta tendencia. El caso de la firma de moda es similar a lo que ocurre en Bélgica: la reducción del horario viene acompañada de una rebaja salarial.

Escuchadas las opiniones de los empresarios, vistas las condiciones económicas y laborales y analizados los resultados de los países que la han aplicado... ¿cómo afectaría psicológicamente a los trabajadores la introducción de esta jornada a escala masiva? ¿Tendría realmente beneficios para la salud mental? 

La psicología detrás de la jornada de 4 días

Para Isabel Aranda, doctora en psicología y vocal en el Colegio de Psicólogos de Madrid, la carga laboral a la que se enfrentan los trabajadores será uno de los factores clave para conocer el impacto que tendrá la jornada de cuatro días sobre la salud mental

En este sentido, la psicóloga considera que, generalmente, se lograrán "beneficios muy positivos" en la salud mental de los empleados, especialmente gracias a un mayor tiempo de desconexión física y mental del trabajo."Parece que estás casi el 50% de la semana libre", resume Aranda, al tiempo que destaca que tener más tiempo fuera del trabajo haría posible una mayor conciliación familiar o que los empleados tengan más espacio para su vida personal. 

Esta medida sería especialmente efectiva en los empleos relacionados con lo digital. Según la doctora, actualmente sufrimos un "desgaste cognitivo tremendo" provocado por la sobreestimulación causada por los dispositivos móviles y por la información diaria que recibimos. La posibilidad de desconectar durante tres días redundaría en el "bienestar psicológico de las personas".

A pesar de esto, la realidad de la jornada laboral de 4 días es aún un espejismo lejano en España. En este momento, solo hay sobre la mesa el proyecto piloto a nivel estatal que Íñigo Errejón acordó con el Gobierno a finales del pasado año y previsto para 2022.

Aranda cree que su implantación en el sistema laboral español es muy compleja "por el golpe que supondría para los empresarios". Por parte de los trabajadores, no cree que vaya a haber problemas: "Se tiene que pensar que con esa carga de dos horas [que supondría 10 horas diarias, para compensar el día libre], lograrías 3 días de desconexión". 

"Se tiene que pensar que con esa carga de dos horas [los cuatro días laborales], lograrías 3 días de desconexión" 

Burnout y ansiedad laboral​

Sobre los efectos negativos que puede provocar la nueva jornada laboral, la psicóloga ha descartado que tenga una relación directa con lo que se conoce como el síndrome de Burnout, considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad desde 2019, está relacionado con el estrés que algunos empleados sufren en el trabajo. Pero no por la cantidad de horas, sino porque no encuentran el sentido a las funciones que realizan o por las relaciones sociales que se generan en su entorno laboral.

Pese a que no haya una relación directa con el síndrome de Burnout, la doctora alerta del aumento en las listas de espera en los centros psicológicos, especialmente desde el comienzo de la pandemia. "Estamos viendo incrementos tremendos, de cerca de un 30%", explica Aranda. Desafortunadamente, muchos de estos pacientes acabarán somatizando el estrés continuo a través de úlceras o migrañas

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