La historia del falso CEO que explica lo fácil que es colar una mentira en internet

  • Eric Dumonpierre es el director de los laboratorios Berden, una empresa famosa por sus políticas de RSC que cualquiera puede buscar en Google
Eric Dumonpierre.
Eric Dumonpierre.

Fundados en 1996 por Eric Dumonpierre, los laboratorios Berden se hicieron conocidos por un fármaco para tratar la obesidad: Mutorex. Dumonpierre se convirtió rápidamente en un CEO estrella, ganando varios premios de responsabilidad social corporativa.

Dumonpierre invirtió en una flota de vehículos totalmente híbridos mucho antes de que estuvieran de moda. Plantó árboles en París y sus alrededores para detener la deforestación. Sus empleados lo amaban por haber instituido en la compañía la laboral de 32 horas y fue citado en numerosos medios de comunicación por su activismo a favor de una empresa responsable.

Pero a mediados de la década de los 2000 su reputación se vio dañada. Berden trató de deslocalizar algunos departamentos de la compañía, lo que alentó el miedo a despidos. En medio de esta polémica, salió a la luz que una de sus iniciativas filantrópicas estaba ocultando una empresa que empleaba trabajo infantil en fábricas asiáticas y que el medicamento estrella de la compañía, el Mutorex, tenía efectos secundarios a largo plazo que nadie había previsto.

Dumonpierre no aguantó la presión y se quitó la vida en circunstancias que a hoy todavía no han sido del todo aclaradas.

Cualquiera puede encontrar esta historia en internet, en diversos sitios y redes sociales, pero es más falsa que un billete de 70 euros.

El juego de unos estudiantes

La historia de los laboratorios Berden surgió en 2005, en un curso de la escuela de negocios HEC, en París, sobre reputación corporativa y gestión de crisis. Como explican sus profesores Ludovic François y Dominique Rouziès en un artículo de Harvard Business Review, se le pidió a los estudiantes que se inventaran una compañía y su CEO y crearan sus perfiles online con el objetivo de que lograran una buena posición en las búsquedas.

La única restricción impuesta por los profesores es que los estudiantes no podían comunicarse directamente con un medio de comunicación real para vender su historia: tenían que generar toda la mentira construyendo un ecosistema en internet que creciera de forma orgánica. Para ello crearon perfiles en todas las redes sociales, páginas falsas y empezaron a interactuar entre ellas. Aún hoy muchas de estas páginas, como el perfil de Linkedin de Eric Dumonpierre, siguen activas.

Después de crear todo el entramado de Dumonpierre, se pidió a otro grupo de estudiantes que crearan escándalos en torno al laboratorio, usando las mismas herramientas y las mismas reglas.

La broma duró varios años y, a medida que llegaban nuevos alumnos al curso, iban engordando el asunto. Cada clase creaba nuevos hitos en la carrera del falso CEO, tanto positivos como negativos y fueron engordando la trama con nuevos actores.

Un ordenador es todo lo que falta para expandir una mentira. / Pexels
Un ordenador es todo lo que falta para expandir una mentira. / Pexels

Es fácil colarla

“Investigaciones recientes indican que las noticias falsas son más fáciles de difundir que las noticias reales, y nuestra experiencia de 10 años en la gestión de las reputaciones de Laboratoires Berden y Eric Dumonpierre lo confirman”, apuntan los profesores.

Con recursos limitados, incluso en el primer año, y aunque las cuentas y sitios web que los estudiantes crearon eran bastante rudimentarios, las noticias falsas proliferaron rápidamente. En 2005 ya era posible obtener resultados de búsqueda sobre Eric Dumonpierre utilizando términos genéricos como “CEO de RSC” (“Responsabilidad social corporativa”).

Diversos medios reales recogieron historias sobre Berden y Mutorex. En 2010, el primer resultado de una búsqueda “gerente de RSC” fue una historia publicada por el periódico francés Le Post (que desapareció cuando este fue adquirido por The Huffington Post).

No solo se la colaron a los periodistas. Numerosos estudiantes mandaron sus curriculum a los inexistentes laboratorios e, incluso, una compañía farmacéutica real trató de demandar a la compañía por la comercialización no autorizada del Mutorex.

Incluso ahora, cuatro años después de que el seminario universitario terminara en 2014, la búsqueda en Google revela 20.000 referencias a Berden, Dumonpierre y otras organizaciones ficticias.

La moraleja

La acción de la escuela de negocios demuestra lo sencillo que es elaborar una historia falsa y que pase por real. Basta por ser concienzudo en la mentira e ir engordándola. Y el problema es que hay mucha gente interesada en crear historias falsas cuyo objetivo no es, sencillamente, demostrar que pueden pasar por verdaderas.

Las fake news que dañan la reputación de las compañías son el pan nuestro de cada día y, en su mayoría, responde a interés espurios. Los sitios de verificación de informaciones como Snopes y Emergent documentan un flujo constante de noticias falsas que perjudican la reputación corporativa, como estos rumores: el CEO de PepsiCo les dijo a los seguidores de Trump que llevaran sus negocios a otro lado; McDonald's está reemplazando a todos sus cajeros con robots y descontinuando el Big Mac; y Facebook lanzó un nuevo algoritmo que muestra a los miembros las actualizaciones de estado de solo 26 amigos. ¿Quién no ha recibido historias similares en Whatsapp?

En opinión de François y Rouziès, si un pequeño grupo de estudiantes, en un seminario universitario de dos meses, con páginas cutres y vídeos horribles han sido capaces de llenar internet de referencias a una historia totalmente imaginaria ¿qué no pueden hacer unos periodistas de la mentira bien pagados?

“La escala del engaño, amplificada por los algoritmos de búsqueda de actores legítimos, significa que las reputaciones corporativas son más vulnerables que nunca”, concluyen los profesores. “Adoptar las habilidades técnicas y sociales y la concentración necesaria para gestionar este fenómeno debe ser una prioridad para cualquier empresa, para que no permita que las noticias falsas se vuelvan virales, se adhieran y empiecen a erosionar el resultado final”.

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