Frank de la jungla: mi lenguaje es salvaje como los niños y los animales

Ana Cerrud.

Madrid, 21 abr.- "Los niños son mi mejor público", reconoce Francisco Cuesta, leonés afincado en Tailandia, donde se ganó el apodo de "Frank de la jungla" con el que se ha hecho famoso en televisión por su lenguaje "salvaje", como los animales de los que se rodea.

"Yo hablo como el vecino de al lado y uso términos que entienden los niños y a veces hago el payaso, porque hacer reír es la mejor manera de que te hagan caso", explicó a EFEverde durante su última visita a Madrid, adonde llegó con su recién estrenado título de veterinario bajo el brazo.

Aunque empezó casi por casualidad en el mundo de la tele, se ha convertido en un personaje de referencia mediática entre los que se interesan por la fauna más exótica, pero desde la comodidad de casa.

Él es quien se adentra en selvas, ríos, cuevas o manglares para enseñar a la cámara, con crudeza y sin guión, las intimidades de los "bichos", como los llama, que se encuentra a su paso.

"No desprecio la ciencia y me he formado como veterinario porque el mundo de los animales me apasiona, pero cuando me voy de aventura, hablo de las experiencias que me pasan, cuento lo que veo y reacciono frente a la cámara como cualquiera que se adentra en un medio hostil", dice para justificar los exabruptos y palabrotas con las que salpica sus relatos.

Los mensajes para los más jóvenes tienen que ser "directos y claros y si hay peligro se tiene que sentir", subraya éste herpetólogo "empírico y autodidacta", según él mismo se define, que intenta controlar su lenguaje "para que las madres de los más pequeños no apaguen la tele" cuando él aparece.

El abrazo de una pitón constrictora (Pythonidae) casi deja sin habla al más lenguaraz de los presentadores de programas de aventura y una venenosa víbora Russell (Daboia russelii) le mordió frente a la cámara, que no dejó de grabar mientras él mismo se curaba con suero y sutura.

Suyas son la captura de un lagarto de agua "monitor" (Varanua Salvator), de hasta 3 metros de largo y mordedura ponzoñosa; de una serpiente "trompa de elefante" (Acrochordus javanicus) que sustrajo buceando de un profundo lago o de la escurridiza serpiente "gato" (Boiga Cyanea) de grandes ojos y brillante color verde, que descubrió camuflada entre los árboles durante un paseo familiar.

Casado con una exmodelo tailandesa y padre de tres niños, confiesa que en Asia "el patio de casa es una selva" y que su incursión ante las cámaras no es más que el reflejo de lo que hace para divertirse, siempre con respeto al medio ambiente.

Por su facilidad de acercamiento a los animales y su reconocida falta de escrúpulos (nada le da asco y tiene temple), vecinos y amigos empezaron a llamarle para retirar de zonas urbanas los animales peligrosos que se colaban en sus casas y jardines.

Con una reputación consolidada, se convirtió en guía experto de la agencia estatal de conservación de Tailandia, similar a un ministerio, para establecer rutas de acceso científico a sus parques naturales, "santuarios" de la naturaleza a los que no entra nadie.

"A mí me pagan, aunque poco, por ir a sitios y hacer cosas por las que yo daría dinero", señala el leonés, Premio Ondas en 2011 por un programa que obtuvo cerca del 10 por ciento de cuota de pantalla mientras estuvo en el aire y este año, aplaudido pregonero de las fiestas de San Antón, patrón de los animales.

Ahora, con su propio canal en internet (naturalfrankyoutube) recibe hasta medio millón de visitas por entrega y estrena un formato más personal con referencias científicas e información de las especies que enseña.

El marido de Yu yi, como le llamaban cuando llegó a Tailandia, ha pasado más de dos mil noches en la selva, ha capturado más de 3.000 serpientes y cree en la divulgación como un método para extender el conocimiento del que depende la conservación de la naturaleza y su biodiversidad.

Después de haber grabado en Costa Rica, a su juicio "el país más verde de América", su próximo proyecto es descubrir Australia a pie, porque allí, dijo, "todo es muy raro". EFE

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