Subida del 120% interanual

El sector del aceite de oliva se desmadra al cierre de la campaña y hunde el consumo

Los precios en origen en Andalucía se disparan a pocos días del final de la campaña 2022/2023 ahuyentan al consumidor, impulsan las importaciones y ponen en apuros a la industria envasadora y comercializadora.

Botella de aceite en una planta de Deoleo.
Botella de aceite en una planta de Deoleo.
Deoleo vía Europa Press

La cotización en origen del aceite de oliva está por las nubes desde hace meses pero sigue volando más alto en el cierre de la campaña del olivar 2022/23, que finaliza el próximo sábado 30 de septiembre de forma oficial. La temporada pasará a la historia por múltiples motivos, entre ellos, por el desplome de la cosecha, el aumento histórico de los precios de un año para otro y una caída récord del consumo que no se producía desde la última gran recesión económica. 

El precio del aceite virgen extra (0,8º de acidez máxima) en origen (sin envasar ni comercializar) superó en la semana 50 de campaña los 8,6 euros por kilógramo (8.600 euros por tonelada) en las principales regiones productoras españolas (Jaén, Córdoba, Málaga, Sevilla),según los datos que monitoriza la Comisión Europea. El encarecimiento del 'oro verde' de la máxima categoría en septiembre ha vuelto a aumentar un 10% en origen respecto al mes anterior

En este tercer trimestre (julio, agosto y septiembre), la subida se sitúa en el 36% y eleva hasta el 120% el sobrecoste interanual de la materia prima antes del envasado, distribución y comercialización en los lineales de los supermercados, donde se vende por encima de 11 y 12 euros. En el mercado de futuros, el contrato a 3 meses se sitúa por encima de 8.220 euros por tonelada, cerca de su máximo anual y techo histórico en los registros, según Bloomberg. En este caso, la cotización se ha cuadruplicado desde los niveles que se movía hace tres años (pandemia de 2020) y sextuplicado desde los mínimos registrados durante el verano de la crisis de 2012.

La industria ya advierte de su particular 'annus horribilis' y de que los precios seguirán subiendo en el corto plazo. En Italia, en la Apulia (Bari), la cotización se sitúa con creces por encima de 9.000 euros (9 euros por kilógramo). El aceite italiano de esa región sureña y Calabria -las dos grandes zonas productoras- cotiza de forma habitual con una prima que oscila entre el 5% y 10% respecto al andaluz.

Para el olivar, el desplome de la cosecha por el efecto de la sequía y las olas de calor se ha visto compensado por el aumento de los precios de producción y una demanda que se ha mostrado resistente durante gran parte de 2023. En cambio, la industria está recibiendo el golpe por la dificultad para mantener los precios, ajustarse a la vez a la presión de la distribución y mantener sus márgenes. 

Desplome del consumo y giro a las alternativas

Deoleo, la mayor empresa del mundo de aceite de oliva con marcas como Carbonell o Carapelli, alertó este lunes de las dificultadores que afronta su actividad por el sobrecoste del precio en origen y menores ventas en litros aunque blinde su cifra de ingresos en torno a los 400 millones de euros en el primer semestre, en línea con los 398 millones del mismo periodo de 2022. El grupo incurre en pérdidas (-9,7 millones de euros) porque sus gastos financieros se han duplicado en 2023 (hasta 15,7 millones) por la subida de tipos de interés. Deoleo gastó un 7,8% más en materia prima, hasta los 345 millones, una partida que crecerá mucho más ahora.

"A pesar de la escasez de la materia prima, las ventas se han mantenido, registrándose una caída en los volúmenes en línea con la reducción que experimenta el consumo global a consecuencia de los altos precios del aceite de oliva", explicó en una presentación a inversores la empresa que dirige Ignacio Silva y que está participada por CVC, Alchemy y la familia Guillén (Acesur). Deoleo centra el descenso del consumo de aceite de oliva en Italia y España ("por encima de los dos dígitos") a la vez que tacha de "prácticamente inexistente" el efecto en EEUU.

El impacto de los altos precios ha provocado que el consumidor se retraiga y opte por alternativas. En la escala de categorías del aceite de oliva, por debajo del virgen extra (0,8º) se encuentra el virgen (2º grados) y los refinados. Fuentes del sector de la distribución apuntan que la venta del aceite de orujo de oliva -cuyo coste final es un 50% más barato- se ha disparado este año y es habitual la presencia en los lineales de supermercados. Al mismo tiempo, el consumo de aceite de semillas y girasol crece después de que se haya abaratado más del 60% desde su récord en 2022.

Se dispara el peso del olivar de Grecia y Turquía

La crisis de 2023 está provocando un cambio radical en las fuentes de suministro con un desplome del peso de los países del Mediterráneo occidental (España, Italia, Túnez y Marruecos) y un aumento drástico de sus vecinos orientales (Grecia, Turquía y Siria). Según las estimaciones de Bruselas, la balanza entre producción interior e importaciones estará equilibrada por la caída de la primera. 

En conjunto, la producción de aceite de oliva en la Unión Europea sufrirá una disminución del 39% en esta campaña, mientras que las importaciones de países no pertenecientes a la UE se mantendrán estables y representarán el 44% del mercado total de aceite de oliva, un aumento de 11 puntos en comparación con el 33% de 2022. Los países europeos también reducirán su participación del 66% al 55% del total.

Este año los campos de Grecia superarán por primera vez a los de Italia en la producción en origen de aceite de oliva, con una previsión de 340.000 toneladas, lo que representa un aumento del 47% con respecto al año pasado. Italia, por su parte, reducirá su producción en un 27% anual, llegando a las 241,000 toneladas, mientras que España disminuirá su producción de 1,5 millones a 663.000 toneladas, un 56% menos. En Portugal, la producción bajará un 39%, llegando a 126.000 toneladas.

Este cambio ocurre a pesar de que Túnez y Marruecos experimentarán descensos del 25% y 22%, respectivamente. Además de Grecia, que se posiciona como el segundo mayor proveedor de aceite de oliva a la UE con una cuota del 13.5% (6.7 puntos porcentuales más que en 2022), Turquía es el segundo país que más crece en la producción en origen de aceite de oliva, alcanzando el tercer puesto en volumen con 275.000 toneladas y una cuota global del 11% (4 puntos más que el año anterior). También Siria crece con el 5,3% del total del mercado del aceite de oliva, adelantando a Portugal, que cae al octavo lugar. España verá como su cuota de mercado en la UE bajará del 43,8% en 2022 al 26,4%, lo que representa una caída histórica de 17 puntos.

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