Estrategia de inversión

¿Cómo funciona el trading social y por qué es recomendable para tus primeras inversiones?

Muchos inversores apuestan por seguir y replicar la estrategia de otros inversores, en lugar de realizar su propio análisis. Se trata de un modelo de inversión a través del que el inversor toma sus decisiones en base a una comunidad de usuarios con los que interactúa. 

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¿Cómo funciona el trading social y por qué es recomendable para tus primeras inversiones?

Para invertir todos los expertos recomiendan, en primer lugar, saber qué inversión se está realizando. Ser consciente de dónde se invierte el dinero y de los riesgos que se asumen. Para ello, también es importante estar al día de las noticias que puedan afectar a la evolución de la inversión. Hay que tener en cuenta que, como apuntan desde la CNMV, en la bolsa influyen "las expectativas sobre el beneficio futuro de la sociedad y su tasa de crecimiento, las expectativas sobre la evolución económica del sector o del país, los tipos de interés y la confianza de los inversores".

Todo esto conlleva un trabajo de seguimiento día a día. De hecho, el regulador financiero recomienda estar pendiente de la inversión. "No es ni necesario ni aconsejable estar siempre pendiente de las cotizaciones bursátiles, pero sí conviene vigilar otros aspectos que te pueden afectar, como las perspectivas y evolución del negocio, las variaciones en la estructura de capital de la compañía o su política de dividendos", indica la CNMV.

Sin embargo, muchos inversores apuestan por seguir y replicar la estrategia de otros inversores, en lugar de realizar su propio análisis. Es lo que se conoce como trading social, un modelo de inversión a través del que el inversor toma sus decisiones en base a una comunidad de usuarios de los que copia o replica estrategias.

Ventajas para inversores no profesionales

Esta forma de invertir permite a inversores más inexpertos contactar con otros profesionales. La plataforma IG explica que "el trading social se ve a menudo como un tipo de red social, ya que permite a los inversores interactuar, observar las operaciones de otros y aprender sobre los procesos de toma de decisiones". Así, además de copiar estrategias, también es posible interactuar y compartir opiniones como en las redes sociales.

De esta manera, el trading social es una red de usuarios, a través de una plataforma, en la que cualquiera puede participar y es posible aplicarlo en prácticamente toda clase de activos. El trading social ha ganado popularidad, sobre todo, entre productos financieros más complejos. Entre otros, por ejemplo, los Contratos por Diferencias (CFD, por sus siglas en inglés). Son contratos en los que un inversor y una entidad financiera acuerdan intercambiarse la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un determinado activo subyacente.

En la actualidad existen diferentes plataformas que ofrecen el servicio del trading social, permitiendo a los usuarios interactuar y replicar estrategias de inversión. Los inversores experimentados están dispuestos a compartir su estrategia incentivados por una remuneración económica. A través de la plataforma otros inversores pueden seguir –generalmente con una suscripción- la estrategia de otro.

Riesgos

Pese a que el trading social se ha extendido como una forma de acercar la inversión profesional a los inversores principiantes y facilitar el acceso a los mercados financieros, también tiene puntos en contra. En IG apuntan que "uno de los mayores fallos que un inversor social puede cometer es pensar que este método erradica completamente el riesgo".

El trading social no conlleva una reducción total del riesgo. De hecho, es posible que la estrategia de un inversor profesional y experimentado también registre pérdidas. Por lo tanto, "la idea de confiar en el juicio de un tercero a la vez que se mantiene todo el riesgo de pérdida se considera un gran inconveniente del trading social", destacan desde IG.

En ese sentido, los expertos recomiendan tener conocimientos de la inversión que se está realizando y los riesgos que conlleva. Hay que tener en cuenta que no todos los inversores tienen el mismo perfil, ni de plazo temporal, de riesgos o de objetivos. Por eso, hay que saber de qué perfil se replica la estrategia y si se pueden asumir los mismos riesgos.

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