BP, Equinor...

Las empresas sufren el 'corralito' sobre sus inversiones millonarias en Rusia

La incertidumbre por las sanciones económicas no facilita la liquidación de los activos, mientras que el Banco de Rusia prohíbe de forma temporal las ventas a inversores no residentes.

FILED - 30 July 2011, England, London: A BP logo can be seen at a petrol station. The boss of the UK-based oil giant has told staff it plans to cut 10,000 jobs from its global workforce after being hit hard by the coronavirus outbreak. Photo: Ian West/PA Wire/dpa (Foto de ARCHIVO) 30/7/2011 ONLY FOR USE IN SPAIN
La petrolera BP fue la primera en romper lazos con Rusia, tras anunciar su salida de Rosneft
DPA vía Europa Press

La desintegración de la Unión Soviética en 1991 convirtió a Rusia en un mercado atractivo para los inversores extranjeros, especialmente por su potencial energético. Más de 30 años después, la relación lucrativa para ambas partes parece llegar a su fin tras el ataque de Rusia a Ucrania. Así, cada vez son más los inversores que buscan salir del país ante el aluvión de sanciones para ahogar económicamente a Rusia. Por el momento, el rublo se ha desplomado un 18% frente al euro desde el jueves y la Bolsa de Moscú permanece suspendida. Sin embargo, romper lazos con Rusia no será fácil en medio de una especie de 'corralito' generado por las represalias y por la respuesta del banco central del país para tratar de salvar su sistema financiero.

Tras las sanciones de Occidente, que incluyen la exclusión del sistema Swift de pagos interbancarios y la congelación de activos del Banco Central de Rusia, la autoridad monetaria ha lanzado una batería de medidas para asegurar la estabilidad de su economía. Junto a la mayor subida de tipos de interés de su historia para compensar la caída del rublo, también restringió algunas operativas bursátiles. En concreto, el regulador del mercado de valores quiere evitar una huida masiva del capital extranjero para lo que ha prohibido de forma temporal a los brókeres del país ejecutar órdenes de ventas de inversores no residentes. 

Una vez levante la restricción el regulador, el problema surge por cómo deshacerse de los activos rusos en medio de las fuertes ventas en la renta variable rusa y el desplome de su moneda. La Bolsa de Moscú se desplomó el pasado jueves y, aunque el viernes cerró con un repunte, fue insuficiente. El índice MOEX, denominado en rublos, y el RTSI, denominado en dólares, se dejan un 35% y un 41%, respectivamente, desde el inicio del año. Además, el parqué moscovita permaneció cerrado este martes por segundo día consecutivo por decisión del Banco Central de Rusia, que aludió a la "situación actual" para justificar su decisión y que no ha vuelto a pronunciarse sobre qué día se reactivarán la operativa bursátil. 

A la espera de cuándo y cómo reabrirá la Bolsa de Moscú, Rusia anunció que gastará hasta 1 billón de rublos (8.906 millones de euros) del Fondo Nacional de Bienestar, que se nutre de los ingresos del petróleo y es una especie de hucha para malos momentos, para comprar acciones de empresas rusas afectadas por las sanciones occidentales. Pese a esta respuesta, la liquidación anunciada por los inversores queda en un limbo y se complica con la prohibición de transferir divisas al extranjero

La petrolera británica BP fue la primera gran compañía en romper lazos con Rusia tras anunciar que venderá su participación (19,75%) en Rosneft, asumiendo un cargo de hasta 25.000 millones de dólares (más de 22.400 millones de euros) al final del primer trimestre. Shell siguió su ejemplo ante el "acto de agresión militar sin sentido" de Rusia y cerrará todos sus vínculos con Gazprom, incluida su participación en el proyecto de gasoducto Nord Stream 2. La exposición total al país actualmente vale en el mercado 3.000 millones de dólares (más de 2.690 millones de euros). Tanto Rosneft como Gazprom están participadas por el Gobierno ruso. 

Por su parte, Equinor, participada por el Estado noruego, también se retirará de sus empresas conjuntas en Rusia, tras lo que espera un deterioro en el valor contable de sus activos -1.200 millones de dólares actualmente (más de 1.000 millones de euros)-. TotalEnergies ha sucumbido a la presión para aislar la economía rusa y decidió dejar de invertir en nuevos proyectos del país, aunque mantiene una participación de casi el 20% en el capital de la gasista Novatek. Sin embargo, la decisión de la energética francesa se queda atrás frente a las presiones de su Gobierno y el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, prevé reunirse con ellos para aplicar una decisión más drástica.

Repsol evita la crisis gracias a su salida del país en enero

La española Repsol se libra de la tensión después de que en mayo se deshizo su participación en la joint venture Arog, formada con Alliance Oil (51%) y que supuso el fin de su producción petrolera en Rusia. Arog es la propietaria de Saneco y Tatneftteotdacha, 2 pequeños productores con activos petroleros en la región de Samara y la república de Tatarstan. A ello se sumó la venta en enero de su participación en los bloques exploratorios que tenía a través de su asociación con Gazprom Neft (subsidiaria de Gazprom), una operación que dio por finalizada de forma oficial su presencia en el país.

Más allá de las compañías energéticas, otros grandes inversores han anunciado la salida del país. El fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo, ha congelado activos rusos por valor de unos 2.800 millones de dólares (más de 2.500 millones de euros) y presentará un plan para salir antes del 15 de marzo. La presión también llega para los inversores de compañías rusas que cotizan en los mercados europeos o estadounidenses. Casi una decena de empresas rusas fueron suspendidas de cotización en Wall Street a la espera de información sobre el impacto de las sanciones. 

Los países de la Unión Europea han aplicado una batería de medidas económicas inédita y de forma conjunta con el objetivo de presionar a Vladimir Putin para que cese en su ofensiva contra Ucrania. Varios mandatarios, entre ellos el presidente de España, Pedro Sánchez, han dejado claro que las sanciones durarán "hasta que Putin retire sus tropas de toda Ucrania". Por ahora, Rusia mantiene el pulso a Occidente y continúa los ataques a Ucrania, generando un círculo vicioso que encierra a las compañías expuestas al país. 

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