Finanzas descentralizadas (DeFi): Introducción, ejemplos y primeros pasos de inversión

El interés por las finanzas descentralizadas (DeFi) ha aumentado en España en los últimos años y especialmente durante la pandemia las inversiones en este sector se aceleraron, según confirmó el Foro Económico Mundial. En un año su tamaño se multiplicó por diecisiete, pero seis meses más tarde, esta magnitud se recortó en un 80% en medio del denominado 'criptoinvierno’' por eso es importante saber qué son las DeFi y los riesgos que conllevan.

Se trata de una nueva forma de entender las finanzas con el objetivo de evitar los intermediarios. En concreto, las finanzas descentralizadas hacen referencia a una categoría de aplicaciones basadas en blockchain para desarrollar servicios financieros descentralizados con el objetivo de reemplazar las formas tradicionales. Es decir, buscan operar sin intermediario y sin los costes que estos conllevan.

Sobre su funcionamiento, Sergio Gorjón, del departamento de Innovación Financiera e Infraestructuras de Mercado de Banco de España, explica en un artículo que las DeFi "atribuyen a un código de software que se ejecuta de manera autónoma (contrato inteligente) el papel asignado antes a una tercera parte de confianza (un banco, una compañía de seguros, etc.)". Para ello, los promotores de DeFi se valen de una serie de elementos tecnológicos esenciales.

¿Cómo funcionan?

En primer lugar, las DeFi hacen uso de una plataforma de registro distribuido o similar. Es el denominado blockchain, una cadena de bloques que elimina a los intermediarios, descentralizando toda la gestión. Cada una de las partes –bloques- es partícipe en la transacción. Además, las finanzas descentralizas también necesitan de unos programas especializados que estructuran las propuestas de valor dirigidas a los usuarios, protocolos, y de un conjunto de aplicaciones descentralizadas (dApps) que actúan de interfaces con los anteriores, según explica Gorjón.

Este funcionamiento se está aplicando cada vez a más diferentes servicios bancarios, como hipotecas o préstamos. Además, como explican los expertos de la plataforma IG, "permiten que el usuario preste y tome prestadas criptomonedas y opere con ellas sin obtener la autorización de los bancos centrales u otros organismos gubernamentales".

Pero las DeFi van más allá del sector financiero. Carlos Torres, presidente de BBVA, afirmaba hace un año que el sector financiero está siendo el primero en aplicar este tipo de tecnología, "pero la descentralización mediante 'smart contracts' almacenados en el 'blockchain' va a extenderse a prácticamente cualquier sector de actividad". Es lo que se conoce como Web3, una nueva versión de internet en la que los servicios estarán más descentralizados.

¿Cómo invertir?

Estos servicios de finanzas descentralizadas se conocen como protocolos y es posible invertir en ellos. Lo primero es elegir el proyecto, existen muchos y muy diferentes por lo que es importante saber dónde se va a realizar la inversión. Como ocurre con las inversiones tradicionales es importante tener en cuenta los riesgos del proyecto, así como la liquidez que ofrece por si se quiere retirar el dinero más tarde.

Además, para invertir en DeFi lo primero es tener una billetera digital -’wallet’- en la que depositar los activos digitales en los que se invierta. Es importante que esa billetera sea compatible con el proyecto DeFi en el que se quiere invertir y hay que asegurarse de guardar correctamente las claves que dan acceso. A continuación, se necesitarán activos digitales, es decir, criptomonedas o monedas estables –las stablecoins son criptomonedas vinculadas a una moneda fiduciaria como el dólar estadounidense- para poder operar con esa billetera.

Los pasos para realizar la inversión dependerán del proyecto DeFi en el que se está invirtiendo y de sus características. Y una vez realizada la inversión es importante monitorearla y estar pendiente de su evolución. Sobre todo, evaluar su comportamiento, si está generando la rentabilidad esperada y si surge algún riesgo añadido.