Riqueza en emergentes

Por qué la 'opulencia global' ya es una tendencia inversora para la clase media

El cambio hacia una sociedad más rica tiene enormes implicaciones, ya que el consumo mundial, sobre todo en las economías en desarrollo, pasa a satisfacer los deseos más ambiciosos.

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Por qué la riqueza global marca una tendencia inversora para la clase media
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A pesar de que el Covid-19 llevó a 100 millones de personas a la pobreza, la sociedad se está volviendo más rica a largo plazo. En las últimas décadas, una revolución silenciosa en cuanto al nivel de vida ha estado transformando la población mundial, reduciendo la pobreza extrema y provocando el resurgir de la clase media mundial.

En 2018, poco más de la mitad de la población mundial vivía en hogares con suficientes gastos discrecionales para ser considerados de clase media o grandes fortunas, un hito sin precedentes, según el Instituto Brookings. “Por primera vez desde que comenzase la civilización fundamentada en la agricultura hace 10.000 años, la mayoría de la humanidad ya no es pobre ni vulnerable a caer en la pobreza”, concluía el grupo de expertos. “2018 marca un punto de inflexión mundial”, añadía el panel.

Tres años después, ese cambio fundamental tiene enormes implicaciones para los inversores, ya que el consumo mundial, en particular en las economías en desarrollo, pasa de satisfacer las necesidades básicas a satisfacer los deseos más ambiciosos, según un informe de AXA Investment Managers (AXA IM). 

“Para los inversores de capital, aprovechar esta tendencia a largo plazo en la economía en evolución significa mirar más allá de las geografías o sectores tradicionales para considerar una amplia gama de empresas involucradas en todo, desde el acceso a medicamentos hasta proyectos de infraestructura que conectan personas y sociedades”, explica.

Una pregunta que prevalece sobre todo esto es el efecto del Covid-19, que ha afectado a las poblaciones de todo el mundo, pero ha penalizado a los países en vías de desarrollo y con menos poder adquisitivo. Con todo, ahora, a medida que se implementan las vacunas, existe una renovada esperanza de que el cambio a largo plazo en las sociedades en transformación se reactive rápidamente gracias a poderosos factores estructurales que han estado en funcionamiento durante más de una década.

El primero de ellos es la juventud. En 2015, África tenía 226 millones de personas de entre 15 y 24 años, lo que representa casi el 20% de la población del continente. Sin embargo, se espera que esa cifra aumente al 42% de la población para 2030 y que continúe creciendo durante el resto del siglo.

La banca de la clase media

Un segundo motor estructural que impulsa a la clase media mundial es la formalización. Por ejemplo, a través del crecimiento de los sectores bancarios regionales, según apunta la gestora de fondos. “Asia ha experimentado un aumento tan rápido del número de cuentas bancarias y activos en el sistema bancario en los últimos años que los bancos de la región representan hoy alrededor del 50% de la capitalización de mercado de los 100 principales bancos del mundo”, asegura.

“No fue hace mucho tiempo que los bancos en Asia miraron hacia Occidente mientras desarrollaban productos, servicios y modelos de negocios”, exponía la consultora McKinsey el año pasado. “La relación entre Oriente y Occidente está cambiando rápidamente”, agregaba.

Amanda O'Toole, gestora de cartera de las estrategias de economía limpia y temática global de AXA Investment Managers (AXA IM), sostiene que es probable que estos factores a largo plazo impulsen una profundización de la clase media mundial en los próximos años. “Desde una perspectiva humanitaria, muchos países en desarrollo han sentido el impacto total de la pandemia”, dice. “Pero a largo plazo, el cambio hacia la expansión de riqueza prosigue”, asegura.

El cambio de tendencias con el tiempo

Desde la perspectiva de los inversores, muchas de las grandes marcas del mundo están bien situadas para seguir aprovechando ese cambio. Nike, la marca de ropa y equipos deportivos, informó un gran salto en sus ingresos del tercer trimestre, ya que las ventas en China crecieron un 42% en los tres meses hasta fines de febrero, incluso al descartar el efecto de los movimientos del tipo de cambio. “Pero las oportunidades se extienden mucho más allá de los nombres más conocidos hacia empresas mucho más jóvenes involucradas en todo, desde la infraestructura relacionada con la urbanización hasta la expansión de servicios, redes y dispositivos digitales”, concreta AXA IM.

Asimismo, TSMC, la empresa taiwanesa de semiconductores fundada en 1987, se ha convertido en una potencia mundial en los últimos años. Este año, la compañía, que continúa enfocando la producción en Taiwán, confirmó sus planes de invertir 100.000 millones dólares durante los próximos tres años para expandir la capacidad y ayudar a cubrir la escasez global de semiconductores.

HDFC, un banco indio fundado en 1994, es ahora el mayor banco del sector privado del país por activos y ha crecido a tasas cercanas o superiores al 20 % anual durante los últimos años. La entidad bancaria comenzó otorgando préstamos exclusivamente a grandes empresas con calificaciones de grado de inversión. Pero rápidamente se trasladó al espacio minorista, lanzando productos que están ayudando a servir a la clase media en desarrollo del país. “Actualmente, HDFC Bank tiene una red de 5.608 sucursales y 16.087 cajeros automáticos en 2.902 ciudades y pueblos”, recuerda AXA IM.

Algunas de las empresas expuestas a economías en vías de desarrollo de rápido crecimiento fueron fundadas y cotizan en el Reino Unido. Helios Towers, firma especializada en infraestructura para redes móviles y que tiene una gran presencia en el mercado africano emergente, emergió en 2009. Sin embargo, los ingresos crecieron un 7% el año pasado hasta alcanzar los 414 millones de dólares. Así, O’Toole de AXA IM dice que la pandemia, y la forma en que ha afectado a algunos países en desarrollo más que a otros, subraya la necesidad de centrarse tanto a nivel de empresa como a nivel de país. “Es importante utilizar un análisis fundamental para establecer qué empresas serán las ganadoras de estos cambios, ya que no todas las acciones se beneficiarán de la creciente clase media”, comenta.

Por último, dado que los factores estructurales continúan expandiendo la clase media global a largo plazo, es probable que los inversores tengan oportunidades atractivas entre las empresas que prestan servicios a estas sociedades en transición durante muchos años por venir.

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