Como cada mes de septiembre, Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, esbozó sus planes de cara al nuevo curso político que arranca en Europa. En un tono optimista, el luxemburgués desgranó sus prioridades para los próximos meses mirando al futuro. Si en 2015 la mayor crisis migratoria que sufrió el continente europeo centró el mensaje y en 2016 lo hicieron el Brexit y los populismo, en 2017 Juncker piensa en reformas y acuerdos con los que reforzar la Unión Europea. De hecho, durante su intervención afirmó que "es momento de construir una Europa más unida, más fuerte y democrática de cara a 2025".
Quiere dejar atrás la Europa a dos velocidades y se mostró a favor de poner en marcha un instrumento de adhesión al euro que de ayuda financiera a todos los países que quieran hacerlo. Asimismo, apuntó que debe ser el objetivo que todos los países posibles se sumen a la Unión Bancaria. "Todos en todo, el euro, la Unión Bancaria y Schengen", es la idea de Juncker para una Europa que vaya a una, una vez el Reino Unido haya salido del club comunitario en marzo de 2019.
Juncker apuesta por reforzar al máximo la cohesión interna del club, incluyendo cuanto antes a Bulgaria y Rumanía a la zona Schengen y poniendo los medios para que todos los países de la Unión Europea adopten el euro como divisa nacional. En la actualidad, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Hungría, Polonia, República Checa, Rumania y Suecia no utilizan la moneda común.
La prioridad de la Comisión: acabar con "los ciudadanos de primera y segunda", señaló Juncker en su discurso, en el que también abogó por una autoridad europea laboral, para luchar contra las desigualdades de sueldos y derechos en el trabajo. Entre los anuncios del luxemburgués también está la figura de un ministro europeo de Economía y la creación de un Fondo Monetario Europeo.Gran impulso a la política comercial
Reformas y propuestas para una nueva Europa en la que se ponga fin a las diferencias entre los países del Este y el Oeste y donde se de un fuerte impulso a la política comercial europea. Para ello, lanzó cinco propuestas. La primera de ellas sobre comercio internacional. “Si, Europa está abierta a los negocios. Pero tiene que existir reciprocidad. Tenemos recibir igual que damos. El comercio no es un concepto abstracto, son oportunidades para las empresas europeas. Cada 1.000 millones en exportaciones supone 14.000 empleos", señaló el presidente de la Comisión que propuso iniciar las negociaciones con Australia y Nueva Zelanda con el objetivo de cerrar un acuerdo comercial antes de que termine la legislatura. Y, añadió que "de aquí a final de año esperamos" cerrar los acuerdos con México y los países de América del Sur.
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Ahora bien, no todo vale. “Europa siempre tiene que defender sus intereses estratégicos”,subrayó en su discurso antes de anunciar que Bruselas propondrá un nuevo instrumento para vigilar la inversión extranjera, en lo que es un claro guiño a Alemania, Francia e Italia. “Si una compañía quiere comprar un puerto europeo, parte de nuestra infraestructura energética o una empresa de tecnología de defensa, esto sólo debería ocurrir con transparencia, escrutinio y debate”. El plan está diseñado con los ojos puestos en China.
La segunda propuesta anunciada por Juncker está relacionada con “una nueva política industrial” y “los 32 millones de trabajadores que suponen su columna vertebral” pero, dejando atrás los engaños. En una explícita crítica a la industria del automóvil por las trampas en las pruebas de emisiones, el presidente de la Comisión anunció una política que “ayudará a nuestra industria a ser líder en innovación, digitalización y descarbonización.”
La tercera propuesta es liderar la lucha contra el cambio climático. "Ante el colapso de la ambición Estados Unidos, Europa se encargará que el planeta vuelva a ser verde. Es el patrimonio común de toda la humanidad”, subrayó antes de anunciar que la comisión presentará una proposición para que el sector del transporte reduzca sus emisiones de carbono.
La cuarta idea: nuevas reglas contra los ciberataques y más medios contra la propaganda terrorista. "Los ciberataques son a veces más peligrosos para la estabilidad de la democracia que los tanques". Por eso Juncker propone la creación de una Agencia Europa de Ciberseguridad. Además, apuesta por controles más estrictos en las economía digital.
Por último, la inmigración seguirá estando en “nuestro radar”, dijo el luxemburgués. “Me entristece que no todos los estados miembros sean igual de solidarios”, señaló en referencia a la negativa de algunos miembros a acoger refugiados. La Comisión presentará en los próximos meses un conjunto de propuestas con énfasis en los retornos y la solidaridad con África. En definitiva, frente a la Europa a varias velocidades, propuesta por París y Berlín, Juncker apuesta por reforzar al máximo la cohesión del club e impulsar la competitividad del Bloque.
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