El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha anunciado que el próximo 7 de noviembre se celebrará una segundaronda de las elecciones presidenciales en el país, en la que se enfrentará a su mayor rival, el ex ministro de Asuntos Exteriores Abdulá Abdulá. El actual mandatario había luchado para llegar al 50 por ciento de los sufragios, que evitaría la segunda vuelta.
Karzai, que se remitió a una decisión de la Comisión Electoral, ha realizado el anuncio en una rueda de prensa en la que estaba presente el senador estadounidense John Kerry. El temor de los expertos es que la partipación se derrumbe. En los comicios de agosto votó menos de un 40 por ciento de los ciudadanos con derecho.
El país vive en su octavo año de guerra el período más violento. Según Naciones Unidas, más de 1.500 civiles habían muerto hasta septiembre, un récord en los 8 años de guerra. Las tropas extranjeras también están sufriendo las mayores bajas desde que comenzó el conflicto. Ahora queda por saber si la fecha de retorno para el refuerzo de 450 soldados españoles que el Gobierno de Rodríguez Zapatero decidió enviar como refuerzo para las elecciones se quedará hasta el 7 de noviembre.
Resultado sesgado
Anteriormente, observadores internacionales habían reclamado una segunda vuelta, después de que el organismo encargado de la supervisión reconociera el fraude en varios colegios a favor del presidente Karzai. Los primeros resultados habían dado un 54,6% a Karzai. Sin embargo, J. Alexander Thier, jefe en Afganistán y Pakistán del Institute of Peace, señaló que la Comisión de Quejas Electorales descartó votos de 210 centros de votación de unas 350 muestras, según datos del comité.
El momento también es crítico para Estados Unidos, donde las encuestas muestran a una mayoría de los ciudadanos favorables a una guerra que Barack Obama había definido como el lugar donde debería concentrar sus esfuerzos para luchar contra el terrorismo internacional, a diferencia del "error" de la guerra de Irak. Obama debate ahora la posibilidad de aumentar la presencia estadounidense en el país que a final de año se situará por encima de los 60.000 efectivos.
Obama ha señalado en un comunicado que la decisión de Karzai "es un paso importante para asegurar un proceso creíble para el pueblo afgano que conlleve a un Gobierno que refleja su voluntad"
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