Angola, el nuevo avispero de África

  • El presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, ha convocado elecciones para el 31 de agosto y se espera que por amplia mayoría se asegure un nuevo mandato. Pero su país está viviendo muchas situaciones tensas que podrían convertirlo en un polvorín.

Angola celebra diez años de paz tras la guerra civil que devastó el país
Angola celebra diez años de paz tras la guerra civil que devastó el país
Shrikesh Laxmidas | Reuters

Tras 32 años al frente del segundo país africano mayor productor de petróleo, el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, ha convocado elecciones para el 31 de agosto y se espera que por amplia mayoría se asegure otro mandato.

Dos Santos debe anunciar el 19 de junio si se presentará definitivamente. Y mientras tanto, muchos frentes amenazan con convertir a su país en un nuevo avispero.

La sucesión

La tensión política es uno de los factores que anticipan un posible revuelo.

Las especulaciones sobre un sucesor para el presidente de 69 años de edad se centran en Manuel Vicente, el ex jefe de la petrolera estatal Sonangol, al que Dos Santos trasladó en enero a uno de los principales puestos ministeriales.Pero el presidente ha mantenido y continúa manteniendo la incertidumbre.

Controvertidos preparativos electorales

Otro factor de controversia son los preparativos de cara al proceso electoral de agosto. Son las segundas elecciones desde el final de una devastadora guerra civil de 27 años. El MPLA (partido de Do Santos), que ganó la guerra contra el movimiento rebelde Unita, aplastó a sus rivales en las elecciones de 2008 con la obtención de un 82% de los votos.

En general, se espera que el partido gobernante vuelva a ganar aprovechando su control sobre la mayoría de los medios de comunicación y por contar significativamente con mayores recursos de campaña.

Unita, que es ahora el principal partido de oposición, se ve obstaculizado por conflictos internos. Además, su líder, Isaías Samakuva ha dicho en varias ocasiones que tiene dudas de que las elecciones sean libres y justas.

Protestas juveniles

Inspirados en los levantamientos de la Primavera Árabe, un movimiento juvenil ha auspiciado varias manifestaciones de protesta en los últimos 18 meses, pidiendo a Dos Santos que dimita y acusando a su Gobierno de gestionar mal los ingresos petroleros del país y dejando a la mayoría de los angoleños desempleados y en la pobreza.

Las protestas, sin precedentes en las primeras tres décadas en el poder de Dos Santos, han sacudido el partido del presidente, que ha respondido con manifestaciones a favor del Gobierno. Altos cargos han acusado a la oposición de planear una "insurrección nacional".

A pesar de una férrea campaña de Policía y los ataques de grupos pro-gubernamentales, el movimiento de protesta ha sobrevivido.

Amnistía Internacional y Human Rights Watch han instado a las autoridades a actuar con moderación y a investigar incidentes tales como los del mes pasado, en el que hombres no identificados irrumpieron en una reunión que se celebrada en casa de uno de los organizadores estudiantiles e hirieron a tres jóvenes.

Veteranos descontentos

Otro signo del creciente descontento surgió la semana pasada cuando varios cientos de veteranos de la guerra civil marcharon en Luanda para exigir el pago de subsidios atrasados y las pensiones. Muchos de ellos eran parte del grupo armado del MPLA, el FAPLA, durante la guerra.

Transparecia

El Gobierno de Dos Santos ha sido acusado además de mala administración de los ingresos del petróleo, de evitar el escrutinio público y de hacer muy poco para combatir la corrupción. Transparencia Internacional clasifica a Angola como uno de los países más corruptos del mundo.

La organización Human Rights Watch urgió en diciembre al Gobierno a dar cuentas sobre 32.000 millones de dólares en fondos del Gobierno que se han "perdido", aunque se cree que podrían estar vinculados a Sonangol, que se gastaron o se transfirieron entre 2007 y 2010.

El Gobierno negó que los fondos estuvieran desaparecidos, alegando que el desajuste fue provocado por un insuficiente mantenimiento de los registros.

Dependencia del petróleo

El petróleo ha ayudado a Angola a recoger los pedazos después de la guerra civil para convertirse en la tercera economía más grande del África Subsahariana, por detrás de Sudáfrica y Nigeria.

A pesar de los movimientos de diversificación hacia sectores como la agricultura, el petróleo sigue representando más del 90% de los ingresos por exportaciones, pero emplea a menos del 1% de su población

En caso de que no pudiese reducir su dependencia del petróleo, Angola podría convertirse en otra Nigeria, donde las disputas sobre la distribución de la riqueza han provocado los disturbios civiles.

Mostrar comentarios